Este cartel da buena cuenta de una época relativamente reciente, cuando no existían los elementos tecnológicos de comunicación actuales, que son un invento bastante moderno. Las personas jóvenes ni siquiera recordarán cuando para comunicarse por teléfono —-teléfono fijo, porque no había móviles—- había que solicitar el número a una operadora que manejaba un tablero lleno de clavijas para establecer una comunicación que resultaba precaria y que muchas veces llegaba a cortarse. El servicio telefónico no era nada barato y resultaba excesivamente caro en llamadas de tipo interurbano y mucho más en las interprovinciales. Ese cartel de la fotografía indicaba dónde había un teléfono, que eran escasos, unos instrumentos que hoy resultan irrisorios en comparación con los teléfonos extraplanos y con los relojes de pulsera con capacidad de comunicación inalámbrica. Y el caso es que aquella vida sin teléfonos móviles era posible e incluso menos complicada que la de ahora, o, por lo menos, menos esclava de la tecnología.