En este solar al final de la playa de Samil hubo un gran local donde a lo largo de los años estuvieron varias conocidas discotecas y donde mucho tiempo antes estuvo ubicado el cabaret Riomar, uno de los más famosos de la ciudad de Vigo, allá por los años sesenta del pasado siglo XX.
No era el único local dedicado a esta actividad de la farándula nocturna, pero sí uno de los más famosos. En las emisoras de radio siempre se anunciaba: “Riomar, con la actuación de Manolito Soler, la voz que acaricia”. Porque él, Manolito Soler, “la voz que acaricia”, era la estrella principal, una persona que tuvo que soportar la incomprensión y la intolerancia de aquellos tiempos de la dictadura, y se ganaba la vida actuando en ese local. Quienes lo conocieron dicen que era un buen hombre y con mucho ingenio. Cuentan que en cierta ocasión, con motivo de un acto público, Manolito coincidió con el alcalde de la ciudad en aquellos años.
Aquel alcalde aprovechó el encuentro y haciéndose el simpático le preguntó en tono burlón: “Manolito, ¿en Vigo cuántos maricas habrá?” Y Manolito le respondió con seriedad: “semos catorce”. El alcalde, interpretando que había dicho mal la palabra somos le dijo lleno de razón: “Querrás decir que somos catorce”, a lo que Manolito, muy agudo, añadió enseguida: “con usted, quince”.






















