El proyecto Peiraos do Solpor ha dado esta mañana un paso trascendental con el inicio de una operativa logística sin precedentes en el puerto de Vigo: el traslado y botadura del visor submarino. La estructura, que integrará un observatorio único en España, fue remolcada desde las instalaciones del astillero Cardama Shipyard hasta su ubicación definitiva en la escollera de Bouzas.
La complejidad de la maniobra es extrema y subraya la necesidad de una ejecución cautelosa. Al tratarse de una operativa inédita (la primera vez que se realiza un movimiento de estas características), el margen de error para su posicionamiento final se cuenta en centímetros, lo que exige la máxima coordinación entre todos los equipos implicados.
Una singladura de alta precisión
El visor submarino, diseñado para integrarse en el galardonado proyecto Peiraos do Solpor, comenzó su singladura asistido por flotadores laterales que facilitan su traslado. En estos momentos, es remolcado por los remolcadores Rada, Rada Primero y Perín, contando con la colaboración esencial de los prácticos del puerto y la empresa de buceo Northcom Diving.
Una vez que complete su recorrido hacia Bouzas, dará comienzo la fase más delicada: el posicionamiento y lastrado. Esta operativa se extenderá durante toda la jornada y los días subsiguientes. El lastrado se realizará de forma paulatina, introduciendo agua de mar en sus tanques interiores. Este es un proceso lento, diseñado para asegurar que el visor alcanza la ubicación precisa sobre el lecho marino con la precisión milimétrica requerida.





Asentamiento definitivo: lento, seguro y duradero
La cautela es la máxima de la operativa de asentamiento. Si durante la fase de lastrado se detectara cualquier movimiento no deseado o una desviación de la posición marcada, el protocolo exige deslastrar la estructura de nuevo, reflotarla y corregir su ubicación.
Se estima que la operación completa de asentamiento y fijación del visor se prolongue durante varios días. Una vez posicionado, el visor será anclado con cabos a puntos de amarre, quedando asegurado de manera provisional ante condiciones climáticas adversas.
La fase definitiva de anclaje llegará días después, cuando el agua de lastre de los tanques interiores sea intercambiada por hormigón. Este paso final asegurará que el visor quede asentado permanentemente sobre el lecho marino. Todo el proceso es sumamente delicado y se lleva a cabo bajo los más altos estándares de seguridad.
El observatorio submarino que se integra en Peiraos do Solpor no tiene precedentes en España y cuenta con muy pocos análogos a nivel mundial. El proyecto trasciende el mero atractivo turístico para buscar una mejor integración medioambiental y social del puerto, dando continuidad a la senda azul y a la estrategia de Puerto Verde de la Autoridad Portuaria de Vigo.






















