El Sorlandet, el velero escuela noruego considerado el más antiguo del mundo en servicio activo, ha fondeado en las Islas Cíes, a la espera de su atraque en Portocultura, previsto para hoy a las 17:00 horas. Este buque icónico, de 98 años de historia y aparejo completo de tres mástiles, llega a la ría de Vigo como parte de su gira educativa global, llevando a bordo a estudiantes de la A+ World Academy que combinan sus clases con el aprendizaje de la navegación. Su visita, que incluye una jornada de puertas abiertas el lunes 20 de octubre de 14:00 a 17:00 horas (sujeta a confirmación), resalta el atractivo de Vigo como puerto de cruceros educativos y su capacidad para acoger embarcaciones con un legado tan rico en tradición marítima.
Un superviviente de tres siglos
Construido en 1927 en el astillero Høivolds Mekaniske Verksted de Kristiansand, el Sorlandet (cuyo nombre significa «Tierra del Sur» en noruego) nació como un buque escuela civil para la Marina Mercante noruega, diseñado para formar a futuros marineros en las artes tradicionales de la navegación a vela. Con 57 metros de eslora (64 incluyendo el bauprés), 9 metros de manga y un desplazamiento de 891 toneladas, este velero de tres mástiles y aparejo completo representa la grandeza de la ingeniería naval de principios del siglo XX. En una era de motores incipientes, se botó sin propulsión mecánica, confiando en la fuerza del viento y la pericia de su tripulación, un detalle que enaltece su pureza como reliquia flotante.
Su historia es un tapiz de logros: en 1933, se convirtió en el primer buque escuela noruego en cruzar el Atlántico, participando en la Exposición Universal de Chicago y simbolizando la ambición noruega por la exploración. Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, requisado por las fuerzas alemanas y usado como almacén en Kirkenes, para renacer en 1948 tras una meticulosa restauración que lo devolvió a los mares. En 1954 se le instaló su primer motor diésel, y en 1981 marcó un hito al ser el primer velero del mundo en ofrecer entrenamiento de navegación a mujeres, abriendo puertas a la igualdad en el mar. Propiedad de la Fundación Sorlandet desde 1981 y patrimonio cultural de Noruega, ha formado a más de 7.500 cadetes y participado en regatas legendarias, como el centenario de la Estatua de la Libertad en 1986.
Un campus flotante: educación y aventura en movimiento
La singularidad del Sorlandet radica en su transformación actual en un «campus flotante» para la A+ World Academy, un internado internacional de bachillerato que ofrece un programa de 10 meses navegando por el mundo. Sus 70 alumnos (de 16 a 19 años) cursan clases en inglés mientras aprenden a timonear, vigilar y maniobrar las velas, fomentando el concepto noruego de friluftsliv (vida al aire libre). Con 20 tripulantes profesionales y un equipo de expedición que imparte conferencias sobre naturaleza y cultura, el buque se convierte en una universidad dinámica, donde el aprendizaje surge de la práctica: desde escalar mástiles hasta interpretar la vida salvaje durante sus travesías y atraques.
En su itinerario actual, el Sorlandet navega de septiembre a mayo por la costa noruega, y en verano se dedica a expediciones globales, como esta travesía que lo lleva de Hamburgo a Lisboa con escalas en puertos europeos. Su diseño escandinavo, renovado en 2016 con tonos marinos y espacios cómodos, prioriza la sostenibilidad, con mejoras en curso para reducir emisiones. Esta dualidad –histórica y moderna– hace del Sorlandet un símbolo de continuidad: un velero que, en casi un siglo, ha adaptado su misión sin perder su esencia de aventura educativa.
Vigo, puerto de tradiciones marítimas
La llegada del Sorlandet al puerto de Vigo refuerza el atractivo de la ciudad como escala para cruceros educativos. Tras fondear en las Cíes (un paréntesis idílico en el Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas), el buque atracará en Portocultura, donde los pasajeros explorarán la ría y su herencia naval. La jornada de puertas abiertas el lunes permitirá a vigueses y visitantes subir a bordo, admirar sus mástiles y conocer su historia, un gesto que enaltece el diálogo entre la ciudad y la tradición noruega.