Apenas cuatro días después de su entrega en los astilleros Armón de Vigo, el patrullero oceánico ‘Duque de Ahumada’ ha demostrado su valía en un bautismo de fuego que quedará grabado en los anales del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. La pasada madrugada del 21 de septiembre, el buque insignia de la Benemérita se incorporó a un dispositivo de emergencia para rescatar a once tripulantes del pesquero francés «Ray Primero», que emitía un mayday desesperado por una vía de agua incontrolable a diez millas al noroeste de A Coruña. Bajo la coordinación de Salvamento Marítimo, el nuevo patrullero de la Guardia Civil apoyó el operativo que salvó vidas en un mar traicionero.
Construido en Vigo por un montante de 35 millones de euros (de los que 32 proceden de fondos europeos), este coloso de 82 metros de eslora y 2.600 toneladas desplazadas no solo patrullará contra el narcotráfico y la inmigración irregular, sino que, como demostró en su debut, será un pilar en misiones humanitarias. Su base en la Zona Franca de Cádiz no le impidió actuar de inmediato en Galicia, donde el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo presentó el jueves como «un ejemplo de cooperación europea para fortalecer nuestras fronteras».
Un mayday en la niebla gallega
La alerta saltó a las 3:20 horas del sábado, cuando el ‘Ray Primero’, un palangrero de 1988 con base en Lorient (Francia) y propiedad desde hace tres años de un armador ribeirense, Juan Sampedro, lanzó un SOS por VHF 16. El buque, que había zarpado de Santa Uxía de Ribeira a las 13:18 horas rumbo a Ciboure (Francia) para una revisión rutinaria, sufría una avería grave que inundaba sus bodegas. La tripulación (once hombres, tres de ellos ribeirenses y ocho indonesios) optó por el abandono preventivo, refugiarse en la balsa salvavidas y esperar auxilio ante el riesgo inminente de hundimiento.
El centro de Salvamento Marítimo de Finisterre activó un despliegue impecable: el helicóptero Helimer 402, las lanchas Salvamar Betelgeuse, Altair y Shaula, el remolcador ‘María de Maeztu’ y, por primera vez en acción, el ‘Duque de Ahumada’. A las 4:09 horas, el Helimer 402 izó a los once náufragos en aparente buen estado de salud, trasladándolos al aeropuerto de Alvedro para una valoración médica. Mientras, las Salvamar y el remolcador tomaron control del pesquero a la deriva: achicaron el agua con bombas suministradas desde el aire y, tras estabilizarlo, lo remolcaron hasta el puerto de A Coruña, donde atracó pasadas las 14:00 horas bajo una lluvia torrencial. Como medida de precaución, se desplegó una barrera anticontaminación para evitar vertidos de combustible.
El centro de Salvamento Marítimo de A Coruña coordinó cada paso, y el ‘Duque de Ahumada’ permaneció en la zona hasta las 4:00 horas, contribuyendo a la vigilancia y el apoyo logístico. Su presencia, aunque secundaria en el rescate aéreo, subrayó la interoperabilidad de las fuerzas marítimas españolas en un rescate que salvó once vidas sin bajas.
Un gigante tecnológico para el mar
Nombrado en honor al fundador de la Guardia Civil en 1844, el sexto Duque de Ahumada, este patrullero representa un salto cualitativo en las capacidades oceánicas de la institución. Con 82 metros de eslora, 14 de manga, velocidad máxima de 18,5 nudos y autonomía para 11.000 millas náuticas, sustituye al veterano ‘Río Miño’ y se incorporará al Grupo Marítimo del Estrecho en Cádiz. Financiado en un 90% por la Unión Europea dentro del Instrumento de Apoyo Financiero a la Gestión de Fronteras, el buque dedicará cuatro meses anuales a misiones de Frontex, vigilando no solo el Estrecho, sino aguas ibéricas y europeas.
Equipado con cinco cubiertas, helipuerto para operaciones aéreas, dos zodiacs de intervención rápida y un vehículo submarino remotamente operado (ROV) capaz de inspeccionar hasta 1.000 metros de profundidad, el ‘Duque de Ahumada’ es un centro de mando flotante. Su tecnología -radares avanzados, sistemas de comunicaciones seguras y laboratorios forenses– lo habilita para combatir el crimen organizado, proteger el medio marino y asistir en emergencias humanitarias. En su entrega el jueves, presidida por Marlaska en presencia del delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, se elogió su construcción en Armón Vigo como un hito para la industria naval gallega.
Más de 700 vigueses visitaron el buque en puertas abiertas el viernes y sábado, atracado en el muelle comercial, donde descubrieron su polivalencia: desde la lucha contra la trata de personas hasta la vigilancia pesquera.