La tarde del viernes, Vigoe, ha tenido el privilegio de subir a bordo del Galeón Andalucía, una réplica imponente de los legendarios galeones de Indias que surcaron los océanos en los siglos XVI y XVII. Atracado en el Muelle de Trasatlánticos de Vigo desde la mañana del 9 de mayo, este navío, construido por la Fundación Nao Victoria entre 2008 y 2010, es mucho más que una embarcación: es un portal al pasado que evoca la grandeza y los desafíos de la era de la exploración española. Desde el momento en que el visitante pisa su cubierta de madera, siente que la historia naval de España le envuelve, transportándolo a un tiempo de tormentas, corsarios y travesías transoceánicas cargadas de sueños y ambición.
La singularidad del galeón Andalucía
El Galeón Andalucía es una reproducción fiel de los galeones que formaban las Flotas de Indias, los colosos marítimos que conectaron España con América y Asia en la primera globalización. Diseñado por Ignacio Fernández Vial tras un riguroso estudio histórico, este barco de 55 metros de eslora combina materiales tradicionales como la madera de iroko y pino con innovaciones modernas como la fibra de vidrio, garantizando seguridad sin sacrificar autenticidad. Sus tres mástiles, que sostienen siete velas (entre ellas la gavia, el bellaco y la trinqueta), son el alma de su navegación, capaces de impulsarlo a través de los mares con la sola fuerza del viento. Desde su botadura, ha recorrido más de 100.000 millas náuticas, visitando puertos desde Shanghái hasta Londres, donde en 2024 cruzó el emblemático Tower Bridge.
Lo que hace único al Galeón Andalucía es su doble función como museo flotante y embajador cultural. Sus cubiertas albergan exposiciones interactivas que narran la vida a bordo, los retos de la navegación y muestran el impacto del comercio transoceánico. Desde los rudimentarios sextantes hasta las réplicas de cañones, cada detalle transporta al visitante a una época en que navegar no era solo viajar, sino explorar, fundar y comerciar. Como nos comentaba Lupo Bathke, nuestro acompañante es esta visita, «representa el esfuerzo colectivo de quienes construyeron y navegaron estos barcos, forjando un legado que aún resuena en nuestra historia».
Viviendo la historia
Al cruzar la pasarela hacia el Galeón Andalucía, los tres mástiles, erguidos contra el cielo vigués, me dieron la bienvenida, aunque sus velas permanecían recogidas por estar el barco atracado. La cubierta principal, bañada por la brisa marina, exhalaba el aroma de la madera y la sal, mientras Lupo, nuestro guía, nos recibía con entusiasmo. Con él, recorrimos el barco, desde el imponente castillo de proa, donde resulta realmente fácil imaginarse a los marineros oteando el horizonte en busca de nuevas tierras, hasta la toldilla de popa, donde se realizaban las reuniones de los altos cargos embarcados. Cada paso destilaba la historia de aquellos galeones que, cargados de oro, especias y sedas, conectaban México, Panamá y Filipinas con Sevilla.
Pero la historia del Andalucía no se queda en la superficie. Descendimos a la cubierta de artillería, donde los cañones, silenciosos pero intimidantes, recordaban las batallas contra corsarios mientras las tormentas castigan a las tripulaciones que allí descansaban. Lupo explicó cómo los galeones, pese a su majestuosidad, eran hogares precarios para marineros que enfrentaban enfermedades, hacinamiento y la incertidumbre de los mares; ahora, 30 intrépidos recorren el mundo con un objetivo bien diferente: acerca a cada puerto un trozo de la historia marítima de lo que fue uno de los imperios más importantes del Viejo Mundo.
Finalmente, llegamos a la bodega, un espacio que en su día albergaba los tesoros de las Indias y que hoy acoge paneles sobre la vida marinera. Allí, una réplica de la Esperanza de Triana, patrona de los navegantes, añadió un toque de espiritualidad a la visita, evocando la fe que sostenía a aquellos hombres en sus travesías.
Vigo, puerto de la historia
La presencia del Galeón Andalucía en Vigo, hasta el próximo domingo 11 de mayo, es un acontecimiento que trasciende el turismo. Atracado en el Muelle de Trasatlánticos, el galeón ofrece a los vigueses la oportunidad de conectar con su propia herencia marítima, en una ciudad donde el mar ha sido siempre protagonista.
Abierto al público de 10:00 a 20:30 horas, con entradas a 8 euros para adultos, 4 euros para niños de 5 a 10 años y gratuitas para menores de 5, el barco invita a familias y curiosos a explorar un capítulo clave de la historia global. Las visitas, autoguiadas pero enriquecidas por la tripulación, son una inmersión en la ingeniería naval y el intercambio cultural que definieron los siglos de la exploración.
Para Vigo, esta escala refuerza su papel como custodio del patrimonio marítimo gallego, en sintonía con iniciativas como la conservación del Hidria Segundo o las campañas de monitorización de cetáceos. El Galeón Andalucía, que partirá hacia las Islas Británicas (quizá a Portsmouth o Cork, según dicten las mareas) tras su estancia en Vigo, dejará tras de sí un mensaje de orgullo y responsabilidad: preservar estas joyas náuticas es preservar nuestra identidad. Como afirmó Lupo durante la visita, “este galeón no solo navega por los mares, sino por el tiempo, llevando la historia a cada puerto”.
Nuestra tarde a bordo del Galeón Andalucía fue un viaje a una era de audacia y descubrimiento. Mientras recorríamos sus cubiertas, imaginamos las tormentas que enfrentaron, los puertos lejanos que visitaron y las vidas que se entrelazaron en sus travesías. Para los vigueses, esta es una oportunidad única de tocar la historia, de sentir el crujir de la madera bajo los pies y de maravillarse ante la hazaña de quienes navegaron sin mapas precisos ni certezas. Hasta el domingo, el Galeón Andalucía espera en el Muelle de Trasatlánticos, listo para compartir su legado con todos aquellos que, como yo, quieran embarcarse en esta aventura inolvidable.