El alcalde vigués ha hecho pública este miércoles su rotunda negativa a aceptar este movimiento de fronteras al ser “unilateral” y carecer, según dijo, de toda base legal dado que las administraciones locales “no tienen competencias” para ello.
Así, el Gobierno de Abel Caballero se pondrá en contacto con el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que es quien regula los límites entre municipios, para que tome cartas en el asunto. Además, Vigo recuerda que el PXOM de Mos recoge claramente que esta localidad tiene una demarcación muy precisa y dentro de ella no están esos 49.640 metros cuadrados que quiere hacer suyos en Puxeiros, más concretamente en la zona del Rebullón.
El Concello olívico ha alertado además de que el ayuntamiento que preside Nidia Arévalo lleva cinco años cobrando el IBI a las 20 naves que se encuentran dentro de esos terrenos, unas cantidades –alrededor de 20.000 euros- que Vigo ha empezado a reclamar por la vía judicial.
“Es una decisión medieval”, señaló Caballero, que advirtió de que “de ningún modo va a suceder esto”. El regidor vigués incluso deslizó que el acuerdo plenario de Mos pueda derivar en una anulación del plan de urbanismo, lo cual “tiene muchas connotaciones”. “El plan se aprueba con el límite normal y en el pleno se aprueba que el límite cambia”, denunció.