Quien ha entrado alguna vez en el legendario restaurante Casa Roucos sabe bien lo que significa para la historia de Vigo y de la cuna marinera de la ciudad. En el número 6 de la calle Santa Marta sigue resistiendo las embestidas del gigante urbanístico que, a pocos metros, pretende hacerlo desaparecer por completo.
La ‘macrourbanización’ de lujo de Barrio do Cura se cierne sobre el inmueble y sobre la histórica taberna desde hace años pero sus actuales moradores, los hermanos Sira y José Antonio Carrasco, con su guardián ‘Thor’ en la entrada, no se amedrentan.
De hecho, siguen firmes en sus convicciones y todo ello pese a que la Gerencia de Urbanismo ya otorgó hace más de dos meses la licencia de demolición del edificio, al igual que para los números 8 y 10 así como para el número 36, que ya es historia desde hace pocos días.
Sin embargo, estos dos hermanos tienen claro que no se van a ir de la casa de toda su vida hasta que no les den lo que piden. Y no es ni más ni menos que lo mismo que tienen en la actualidad, es decir, los mismos metros de superficie tanto de su residencia habitual en el edificio como del local de hostelería que regentan y que ya levantaron sus padres allá por el año 1953.
No han llegado a ningún acuerdo con los promotores de Barrio do Cura, por lo que tienen claro que la orden de demolición otorgada ya por el Concello sobre su inmueble no la pueden ejecutar mientras sigan dentro de su casa. Y así seguirá siendo mientras la promotora de Barrio do Cura no acepte sus solicitudes.
«Nos merecemos un trato justo y el respeto a Casa Roucos», señala José Antonio al recordar y valorar toda la historia y las personalidades que pasaron por esta tradicional casa de comidas con recetas sin igual y una enorme calidad con productos gallegos y de la Ría de Vigo, siendo así punto de encuentro de escritores y pintores como Laxeiro, Xosé Luis Méndez Ferrín, Bieito Ledo o Antón Pulido, entre muchos otros.
Todos ellos dejaron su marca y «esencia» en «La Capilla Sixtina», su emblemático salón comedor que tienen dentro del restaurante y que siempre preparan con sumo mimo para las ocasiones más especiales. Y no es para menos ya que muchas de estas figuras del panorama cultural local y regional dejaron múltiples cuadros y obras de arte que permanecen a la vista de todos los que se acercan hasta el histórico restaurante del Casco Vello de Vigo.
Incluso, en la entrada del bar existe una placa con una inscripción de la ruta Laxeiro donde se fija que fue lugar frecuentado por el pintor desde el año 1971 y hasta poco antes de su muerte.
Es por ello por lo que van más allá y quieren conservar la tradición cultural y patrimonial así como la leyenda de su taberna con todos los elementos que existen ahora mismo en su interior. Y su propuesta pasa por una idea que le trasladaron desde Australia, concretamente, desde Sídney, la ciudad más grande y poblada del país y que, como bien considera José Antonio, supone un «buen acierto» para conservar los locales con historia y cultura como es el caso de Casa Roucos.
Se refiere a los tradicionales ‘hotels’ australianos, antiguas e históricas cervecerías o pubs -descendientes directos del pub británico o irlandés- que recibieron esta denominación debido a que en el siglo XIX y principios del XX muchos de ellos ofrecían no solo bebidas alcohólicas sino servicios de alojamiento para viajeros y trabajadores.
Un conocido de José Antonio le habló de este de tipo de conservación histórica que se mantiene en Sídney en entornos que, en la actualidad, están «hiperurbanizados» formando parte así de su historia. Y es lo que, en cierto modo, quiere para que Casa Roucos y su legendaria «Capilla Sixtina» sigan permaneciendo en el centro de Vigo, en la misma ubicación de siempre.
De hecho, son varios los ejemplos de conservación de establecimientos hosteleros antiguos en Sídney, incluso alguno que data del año 1938, como es el caso del antiguo Australian Hotel, ahora llamado Abercrombie Hotel, y que permanece invariable ante un gigante urbanístico en Broadway Road, en Chippendale. O el Oscar Wylee Hotel, otro ejemplo de tradición histórica.
Y son muchos más los casos que llegan desde Sídney como modelo a seguir para poder conservar la esencia de Casa Roucos ante la ‘macrourbanización’ residencial de lujo que, salvando las distancias, puede ser similar a los desarrollos urbanísticos que se llevaron a cabo en la principal ciudad de Australia.
De hecho, es conocido también el proyecto que firma el estudio de arquitectura Tzannes para la fábrica de cerveza Irving Street, integrando el histórico edificio Carlton y United Brewery.
De hecho, según informan en su web, se trata del conjunto de edificios históricos «más grande de la región», establecido por la cervecera Tooth and Company en 1835, mientras que el edificio de la propia cervecería, que data de principios del siglo XX, ahora se conoce como Central Park.
En el año 2015 resurgió la marca y en el 2020 se incorporaron nuevas extensiones al proyecto «integrándolas en una estructura histórica importante» y en un ámbito rodeado de imponentes rascacielos.
Así, estas propuestas que viajan desde Sídney hasta Vigo son la base de la iniciativa que plantea José Antonio para su legendario local ya que una de las peticiones hechas fue, precisamente, mantener los mismos metros de Casa Roucos y en el mismo ámbito de Barrio do Cura y con las paredes forradas de piedra para seguir y mantener la tradición del emblemático restaurante.
Con todo, esta idea que llega desde Sídney no se ciñe solamente a cervecerías y pubs ya que la idiosincrasia de la ciudad pasa por integrar todo tipo de edificios con distintos usos en entornos ‘hiperurbanizados’ conformando un todo con históricas y antiguas edificaciones al lado de grandes rascacielos.