Vila Peixiño desarrolla su actividad en una vivienda de la parroquia viguesa de Coruxo. Según la normativa vigente, no está permitido albergar a más de cinco animales en un domicilio particular, lo que les obliga a tomar dos caminos: cerrar o buscar un nuevo emplazamiento.
A pesar de que el estado de salud de sus criaturas es “óptimo” y cuentan con las vacunas y chips requeridos no se cumplen las condiciones necesarias para ser considerada oficialmente una casa de acogida.
La situación ha despertado la solidaridad e implicación de la gente. En la plataforma Change.org se ha abierto una iniciativa para apoyarles y lanzar una crítica a la actual legislación, que puede provocar que cientos de animales se queden sin una ayuda fundamental para su supervivencia. “Las leyes, ilógicas e irracionales, determinan que los perros viven mejor en jaulas (individuales, eso sí) que en una casa con una familia”, escribe Marta Requejo, impulsora de la causa, que suma más de 8.000 firmas.
Desde Vila Peixiño han agradecido el respaldo y no se han quedado de brazos cruzados. “El apoyo que estamos recibiendo es abrumador. Es emocionante. Ver que tanta gente que nos apoya resulta gratificante”, cuenta Alicia Urbano, una de las voluntarias del centro. “En el momento en que se nos notifica que no podemos mantener la actividad en esta casa nos movilizamos en redes sociales. A lo mejor alguien con una finca que reúna los requisitos se puede poner en contacto con nosotros”, prosigue.
De hecho, aunque tengan la fuerza de internet de su lado, ya han iniciado por su cuenta la búsqueda de un terreno que “pueda ser legalizable”, que disponga de los metros cuadrados necesarios, que sea edificable, en el que se puedan instalar caniles y esté alejado del núcleo urbano. Esos son, ‘grosso modo’, los principales requisitos que deben cumplir.
Su rastreo ha empezado por Vigo para que su actividad solidaria siga siendo compatible con su actividad laboral. De momento, Medio Rural les ha dado un plazo para no obligarles a cerrar. Mientras se elabora el informe de la inspección han ganado tiempo. Además, la legislación está en pleno proceso de adaptación. “No nos han dado un plazo porque la ley de protección animal está pendiente de aprobación y hay un pequeño vacío legal. También van a aparecer nuevas figuras de casas de acogida”, relata Urbano.
De momento, aprovechan este balón de oxígeno para que la veintena de animales que acoge ahora Vila Peixiño no se vean desamparados de la noche a la mañana. Habrá que esperar para ver si la normativa vigente se acaba poniendo de su lado o tienen que probar suerte en otra ubicación. De momento, el apoyo popular sí parece estar con ellos.