El proyecto nació en las clases de los niños de 5 años del pasado curso, fruto de la iniciativa del profesor Rubén Molinero y de la imaginación de los chavales, interesados por las aventuras que ofrecen las novelas gráficas. A raíz de ellas comenzaron a elaborar historias cotidianas que podían ser objeto de la intervención de pequeños héroes de a pie como ellos mismos.
Tal y como desgrana Molinero en un artículo en la web ‘Educación 3.0’, el primer paso fue diseñar los personajes que iban a aparecer, por lo que cada uno debió imaginar que superhéroe le gustaría ser, cuáles serían sus poderes, su nombre, su apariencia y su símbolo.
A partir de ahí, el guion se hizo de forma oral y el profesor fue recogiendo las ideas de todos. “Cuando ya tuvimos un guion elaborado tocó hacer las fotografías en las localizaciones seleccionadas. Elegimos hacer fotografías en vez de dibujos ya que queríamos que los alumnos se sintieran los auténticos protagonistas de la tarea. Utilizamos diferentes lugares del colegio: la biblioteca, el patio, el huerto… También involucramos a distintas figuras de la comunidad educativa como el conserje, el administrativo y el director del centro”, cuenta.
Además, mediante el uso de distintas aplicaciones para dispositivos móviles, los maestros ayudaron a los alumnos a ir montando el cómic. El profesor orientaba sobre la elección de las plantillas según el número de imágenes y los niños decidían qué escribir en cada viñeta y en cada bocadillo.
Al acabar los cinco cómics, unieron todos en un sólo tomo de 44 páginas e imprimieron varias copias, que formaron parte de la biblioteca del aula. “Los alumnos se sintieron atraídos hacia su lectura desde el primer momento y el rincón de la biblioteca de clase empezó a ser visitado por chavales que solían preferir ir a otros de los espacios de la clase”, relata Molinero, que ha sido galardonado en anteriores ocasiones por su labor didáctica y ahora mismo está nominado a Mejor Docente de España en los premios Educa 2017.
180 ejemplares vendidos
Aquí comenzó la aventura de los chicos del CEIP Balaídos como superhéroes. Ellos mismos se vistieron de defensores de los más débiles al recaudar fondos con una fiesta en favor de la Fundación Alba Pérez, que lucha contra el cáncer infantil.
En ella, lograron vender 180 ejemplares de sus creaciones y reunir 550 euros para la asociación. Además, aquellos que quedaron sin comprador, se repartieron por las plantas de oncología infantil de los dos hospitales de nuestra ciudad, donde otros niños podrán disfrutar leyendo sus historias.