El Concello de Vigo ha dado un nuevo paso, esta vez puede que definitivo, para reabrir a la ciudadanía la emblemática cafetería Mirador do Castro, cerrada desde 2009 y que tras dos intentos frustrados de adjudicación de la concesión permanece abandonada, vallada parcialmente y cubierta de pintadas en la ladera de O Castro.
Este mismo mes de mayo, el gobierno local ha adjudicado el anteproyecto para devolverle la vida a la emblemática cafetería O Mirador do Castro, ubicada en la plaza y mirador de Martín Códax. Será el estudio de arquitectura Perfecto Cendón+Javier Vázquez el encargado de idear la reforma de un edificio en el que hay mucho por reformar después de 16 años de abandono, una vez que la concesión otorgada en 1986 venció en 2009.
El contrato para llevar a cabo el anteproyecto se eleva a 17.484,50 euros y, tras ser firmado el pasado 2 de mayo, los arquitectos tienen, inicialmente, hasta finales de año para presentar el nuevo esbozo de lo que el Concello confía que vuelva a ser uno de los lugares más visitados de la ciudad, ubicado en el Paseo Rosalía de Castro y con una superficie edificada repartida en tres plantas de 636 metros cuadrados más 1.636 m2 de zona anexa de uso público.
En 2022 el alcalde, Abel Caballero, anunciaba que la estructura seguiría los mismos pasos que El Castillo, que fue desmontado piedra por piedra para recuperar esa zona verde. Incluso apuntaba que la actuación costaría en el entorno de los 200.000 euros, por lo que se daba por hecho que se llevaría a cabo. Sin embargo, a la vista de las recientes contrataciones, el Consistorio ha cambiado de parecer y el objetivo sería reabrir la cafetería, con una imagen totalmente renovada.
Sería el tercer intento para hacerlo, ya que los dos anteriores quedaron desiertos. El primero fue en 2014 y además de un canon anual de 5.765,53 euros, se exigía al licitador una inversión mínima inicial superior a los 260.000 euros para hacerse con el contrato.
Finalmente, y a pesar de que la concesión se otorgaba por un nada desdeñable plazo de 30 años, el concurso quedó desierto. De nuevo ese mismo año, el Concello volvió a licitar el contrato, esta vez por adjudicación directa, pero con idéntico resultado a la primera vez. Tres años después, en 2017, se comunicó un nuevo procedimiento para reabrirlo, pero no pasó de ser un anuncio que no llegó a fructificar.
Entre los pliegos de los dos frustrados procesos se incluían condiciones para el adjudicatario como el derribo del anexo en el semisótano y su acondicionamiento como zona verde para uso público, la instalación de unos baños públicos con acceso independiente del local que permaneciesen abiertos 24 horas o el mantenimiento de la zona verde, además de la renovación de la estructura de la cafetería, dotándola de grandes ventanales y adaptando la fachada al entorno, entre otras cuestiones.
Tras este fracaso, el Concello habrá tomado nota y modificará los requisitos para hacer el negocio más atractivo para los posibles candidatos a explotar unas instalaciones repletas todo el año de visitantes y sin apenas competencia, ya que la cafetería más próxima es la de lo alto de la fortaleza, O Castro, y la concesión expira también en 2029. En este caso, todo indica que seguirá el mismo destino que el desaparecido El Castillo, dado que por su proximidad a la muralla, la normativa prima la recuperación de ésta.
La contratación del anteproyecto de reforma del inmueble, en todo caso, no ha sido el único movimiento realizado en este sentido por el gobierno local, que el pasado 25 de marzo adjudicaba también, por 1.452 euros, el estudio topográfico del inmueble para comprobar el estado en el que se encuentra la decadente estructura del Mirador do Castro. En esta ocasión, fue Alejandro Fernández Comesaña el encargado de realizar dicho análisis.
Estos pasos para reabrir el Mirador do Castro coinciden casi en el tiempo con las críticas manifestadas por el BNG, que hace apenas unas semanas lamentaba el mal estado del monte de O Castro y que no se hubiesen «registrado avances» al respecto de la reapertura de la instalación, lo que calificaba de «inexplicable» toda vez que hace un año el alcalde anunciaba su reapertura.
«No se entiende que el Concello desatienda de esta forma este emblema de la ciudad, que usan a diario cientos de vigueses para pasear, hacer deporte o como punto de encuentro», remarcaba la concejala nacionalista Ana Martínez, que apuntaba además que la plaza y el mirador de Martín Codax en el que se ubican está «absolutamente deteriorado y supone un peligro para la ciudadanía».
Antes que el BNG también exigió avances el grupo municipal popular, que en 2019, coincidiendo con el décimo aniversario del cierre del histórico local, recordaba que «lo único que se ha hecho hasta ahora es colocar unas vallas por peligro de derrumbe y de desprendimientos. Por tanto no solo es una vergüenza tenerlo así, sino que además es peligroso».
Desde entonces, han sido numerosas las manifestaciones de la oposición reclamando que se recuperase para la ciudadanía un punto de referencia no solo para los turistas, sino para los propios vigueses, que durante años celebraron en este local sus eventos familiares y también los sociales, siendo sus fiestas de Nochevieja un clásico de la juventud viguesa, en franca competencia con las que se celebraban en el desaparecido El Castillo.
El misterio de El Castillo
Precisamente en torno a la desaparición de la otra cafetería de El Castillo se cierne un gran interrogante sobre cuál fue el destino de las más de 4.000 piedras que lo componían y que fueron numeradas una a una tras ser adquiridas, presuntamente, por un enigmático empresario británico, Thomas Rothschild, que aseguró que se las llevaría a la ciudad de Bath para reconstruir allí una réplica de El Castillo, con sus propias piedras.
Era el año 2013 y la operación de desmontaje fue muy mediática y seguida de cerca por el empresario inglés. A partir de ahí, las piedras fueron depositadas en el puerto de Vigo y años después las cerca de 800 toneladas desaparecieron sin que se hubiesen embarcado nunca al Reino Unido y sin que se supiese cuál fue su destino.