La única cifra de asistentes oficial fue la dada por la Subdelegación de Gobierno, que estimó en 10.000 las personas que acudieron. No obstante, la marcha era de notable extensión y el número real podría duplicar o incluso triplicar la cifra dada. En todo caso, la hilera ocupaba toda la calle Urzáiz desde el Sireno hasta el cruce con Gran vía sin llegar a divisarse el final de la misma.
La marcha finalizó en Porta do Sol con la lectura del manifiesto correspondiente en el que se recordaron los recortes realizados en los últimos años en materia sanitaria para realizar una larga lista de peticiones al gobierno autonómico del Partido Popular. Reintegrar el Álvaro Cunqueiro en el sistema público sanitario -lo que supone rescatar su concesión-, que el Meixoeiro funcione a plena capacidad, utilizar el anexo I del Hospital Xeral como el Centro de Alta Resolución de Vigo y crear un centro de atención primaria en su anexo II fueron algunas de las reivindicaciones.
El discurso concluyó con una «Goberne que goberne, a sanidade non se vende». Esta proclama también se repitió de forma constante durante la marcha, al igual que otras en las que se solicitaba el rescate de la concesión del Álvaro Cunqueiro. Entre los cánticos contra los políticos, que fueron escasos pero perfectamente audibles, destacaron las dirigidas contra el Partido Popular. En la marcha se distinguían pancartas de diversos sindicatos y partidos políticos. Entre los asistentes estuvieron el alcalde de Vigo, Albel Caballero, acompañado por varios miembros de la Corporación. También acudió el histórico Xosé Manuel Beiras, que estuvo acompañado por la exdiputada Alexandra Fernández.