Los hermanos Johnson comenzaron una cruzada contra el aprendizaje competitivo e individualista que imperaba en las escuelas de los Estados Unidos. Su objetivo era dar la vuelta a la creencia de que solo los más aptos sobreviven y demostrar que el aprendizaje cooperativo era la clave para encajar en la sociedad, encontrar un empleo en el futuro y saber sobreponerse a la ansiedad.
Desde su Centro de Aprendizaje Cooperativo de la Universidad de Minnesota asesoran a Instituciones Educativas de todo el mundo, entre las que se encuentra el colegio Calasancias de Vigo, sobre este modelo, donde los alumnos participan activamente del éxito en la consecución de un objetivo por parte de todo el grupo.
Cada alumno entiende que cuando sus compañeros ganan, él gana. En otras palabras, cuanto mejor les va a sus compañeros, mejor le va a él, y su interés es asegurarse de que sus compañeros también aprendan.
Este método de trabajo promueve la integración de los alumnos mejorando sus habilidades sociales, generando autoconfianza en ellos mismos, a través de la responsabilidad individual y el pensamiento crítico.