El caballito de mar es una especie esquiva. No es fácil verlos en nuestra ría. Pero haberlos, como las meigas, hailos. Y cada vez abundan más, porque su presencia, en mayor o menor medida, depende en buena parte del estado del ecosistema costero. Y el de la ría de Vigo ha mejorado muy notablemente en los últimos tiempos.
Eso lo saben bien en la Autoridad Portuaria de Vigo, responsable de sucesivas campañas de limpieza del fondo marino en el Puerto. Y si antes era posible y hasta habitual encontrar caballitos de mar en el entorno de las Islas Cíes, normalmente a seis o siete metros de profundidad, de un tiempo a esta parte ya no es tan complejo verlos en este lado de la ría.
El mismo presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Botana, ha colgado en redes sociales la foto que encabeza este texto: un caballito de mar sorprendido en la escollera de Bouzas, muy cerca de donde va a estar el observatorio submarino Peiraos do Solpor, emblema de su plan estratégico Blue Growth y que tiene un triple objetivo: recuperar los ecosistemas marinos, fomentar la concienciación y sensibilización sobre la importancia de conservarlos y reducir emisiones de carbono mediante tecnología de captura de CO2.
Eliminar contaminación, reducir la huella humana o acabar con la pesca más invasiva es música celestial para esta especie, que busca un entorno protegido y limpio como el que busca ofrecerle el Puerto de Vigo, en cuyo Muelle de Reparaciones o incluso en el Puerto Pesquero se han visto hipocampos en los últimos tiempos.
El caballito de mar, tiene, además, una estrecha relación con Vigo porque desde la primavera del año pasado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo, comenzó una evaluación de las poblaciones salvajes de caballitos de mar en todo el litoral español, incluidas las Islas Baleares y Canarias.
Esta actuación se enmarca en el proyecto de investigación “Hippo-DEC: Diagnóstico del estado de conservación de caballitos de mar en el litoral español, áreas críticas y medidas de conservación”, financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Es a los responsables de este proyecto a quienes hay que avisar cuando se avista un caballito de mar. Tal vez, con el tiempo, sea la presencia de esta especie tan habitual que deje de ser necesario comunicar y celebrar cada avistamiento. Sería, sin duda, una gran noticia.