«Muchísima tranquilidad». Eso es lo que ha dicho esta mañana durante un acto en Vigo que siente la conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, ahora que Augas de Galicia ha comenzado las obras de emergencia en la presa de Eiras y que supondrán la sustitución de las válvulas que permiten el abastecimiento a más de 400.000 personas.
Pero esa tranquilidad, «que no teníamos días atrás, después de hacer las auditorías y las comprobaciones», durará poco porque la Xunta tiene claro que «tocan ya otras decisiones», las cuales pasan por dar los pasos necesarios para que se diriman responsabilidades.
«No podíamos permitirnos desde la Xunta de Galicia que un servicio esencial como el agua no lo tuviera Vigo. Planificamos, estamos trabajando y ahora, detrás de todo esto, vendrá la responsabilidad. Y Vigo sabe perfectamente dónde está la responsabilidad. Y lo único que pido, incesantemente, una vez más, es que no lo tengan que pagar los vigueses», ha dicho la concelleira.
La inversión para esta actuación se va hasta los 2,3 millones de euros. Ahora mismo ya están encargados todos los materiales y se están haciendo las catas. «Esto asegura a Vigo y a su área metropolitana que no va a haber cortes, pero también que hay seguridad. Y a partir de ahí tocan ya otras decisiones. Lo más preocupante, sin duda, era el agua para Vigo», ha dicho Vázquez.
Responsabilidades
La Xunta y Augas de Galicia han señalado, desde el momento en que se comprobó que el estado de las válvulas era tan malo, que la responsabilidad es del Concello, quien se había reservado la misión de vigilar su estado cuando se traspasó la gestión de la presa de Eiras a la Xunta por mandato judicial.
El Concello defiende lo contrario. Afirma que la Xunta es responsable desde 2023, cuando consiguió después de muchos litigios quedarse con la gestión de la presa, lo cual no ha hecho, o lo ha hecho negligentemente, según denunció tanto el alcalde, Abel Caballero, como su concejal, Javier Pardo.
El asunto, por lo que ha dicho este jueves la conselleira de Medio Ambiente, tiene toda la pinta de acabar, una vez más, en los tribunales, dejando en manos de un juez la decisión de dirimir quién ha sido el responsable de haber estado a punto de dejar sin agua a Vigo y a buena parte de su área metropolitana
























