La VG-20, arteria clave que circunvala Vigo, ha amanecido hoy colapsada por una combinación de factores: la reducción de un carril por trabajos de limpieza de márgenes y el aluvión de tráfico generado por la segunda jornada de Conxemar, la feria internacional de productos del mar congelados. Las colas, que han atrapado a conductores en plena hora punta, reflejan los retos de movilidad de una ciudad que vive entre la rutina urbana y su ambición como epicentro económico del Atlántico.
Mantenimiento que frena la circulación
Desde primera hora, un operativo de limpieza ha reducido un carril de la VG-20 para podar vegetación y despejar los laterales, una tarea esencial para la seguridad vial pero que, en hora punta, ha generado retenciones significativas. Así el 112 ha confirmado que el corte, aunque temporal, ha ralentizado el flujo en esta vía alternativa a la saturada AP-9, afectando a quienes se dirigían al aeropuerto, al Ifevi o al polígono de Puxeiros.
Conxemar agrava el caos
El principal catalizador del colapso es Conxemar, cuya 26ª edición reúne desde el martes a 800 expositores de 46 países en el Ifevi. Con un impacto económico estimado en 20 millones de euros, la feria atrae a miles de visitantes –proveedores, compradores y ejecutivos– que colapsan los accesos al recinto.
La VG-20, utilizada como desvío ante los cortes en la AP-9 y la Avenida del Aeropuerto, ha absorbido un tráfico que incluye furgonetas de carga y vehículos de asistentes, intensificando las retenciones en una mañana ya complicada.
La coincidencia de los trabajos viales con el pico de actividad de Conxemar pone de manifiesto un problema estructural: la capacidad limitada del Ifevi y la presión sobre las infraestructuras viarias de Vigo. La propuesta de ampliar el recinto ferial, apoyada por la organización de Conxemar y la Zona Franca, sigue pendiente de un acuerdo con la Xunta. Mientras, la ciudad lidia con un atasco que, aunque pasajero, recuerda la necesidad de soluciones a largo plazo.