Desde que en 2008 la Universidad de Vigo comenzó a evaluar el impacto de sus actividades sobre el medio ambiente y los recursos naturales, el balance nunca había sido tan positivo como en 2024. La huella ecológica se redujo a 0,19 hectáreas globales por persona, el mismo dato obtenido en 2020, cuando la actividad académica e investigadora se vio paralizada por la pandemia de la covid-19.
El estudio, elaborado por la Oficina de Medio Ambiente de la UVigo, hace un seguimiento y cuantificación del impacto ambiental de la institución a partir del estudio de la huella de carbono y de la huella ecológica. Estos dos indicadores miden el efecto de la emisión de gases invernadero y el impacto ambiental que relaciona los recursos existentes con la capacidad ecológica de la tierra de generar esos recursos.
El análisis de estos indicadores permite distinguir las actividades más contaminantes de la atmósfera y compararlos con indicadores de otras instituciones nacionales e internacionales. El último informe elaborado, correspondiente al 2024, muestra que la huella de carbono total es de 14.652 toneladas de CO2 equivalentes, es decir 0,68 t por persona. La huella de carbono puede convertirse a unidades de huella ecológica (hectáreas globales de terreno equivalentes) estudiando cuál es el terreno estándar necesario para absorber estas emisiones de gases de efecto invernadero producidos por las actividades de los tres campus.
De este modo, en 2024 la huella ecológica compensada de la UVigo fue de 4.103 ha globales, una cifra que continúa descendiendo año a año, hasta marcar un mínimo histórico en el 2024: 0,19 hectáreas globales por persona. Para obtener este dato se tuvieron en cuenta las 83,11 hectáreas de superficie arbolada de los tres campus y se calculó la biocapacidad de absorción de CO2 de los bosques en la UVigo. En este contexto, la gran extensión arbolada y vegetal del campus de Vigo es clave, ya que actúa como alcantarilla de las emisiones de CO2.

Emisiones en mínimos históricos
Las emisiones totales de CO2 en 2024 en la Universidad de Vigo fueron de 14.652 toneladas de CO2 equivalentes, que se corresponden en casi igual cantidad a los campus de Ourense y Vigo, 6.359 y 6.363 t de CO2 equivalentes respectivamente, mientras que la Pontevedra emite 2.291 toneladas.
Estas son las cifras más bajas de la serie histórica, dejando de lado las del año 2020, marcado por el confinamiento, las clases en línea y la reducción de la actividad presencial.
El primer dato que recoge la OMA sobre las emisiones de la institución es del 2008, en el que se produjeron 23.385 toneladas.
La principal fuente de emisiones sigue siendo la movilidad, que representa el 62 % de las emisiones, seguida de la electricidad, que representa el 21 %, del gas natural con el 7,68 % y de la edificación, que supone el 4,46 %. Pero los planes de eficiencia energética, de relevo de fuentes de energía fósil por renovables y de concienciación ambiental permitieron ir reduciendo la cifra de emisiones año a año hasta el mínimo de 2024.
Al poner en relación las cifras de emisiones totales de CO2 con el número de personas que conforman la comunidad universitaria se observa que la huella de carbono de la institución en 2024 fue de 0,68 toneladas de CO2 equivalentes por persona. Por campus, la huella por persona más elevada se da en Ourense, con 1,28 t de CO2 equivalentes por persona, seguido de Pontevedra con 0,64 t y de Vigo, con 0,61 t.

Consumos
Aunque los metros cuadrados edificados con los que cuenta la UVigo en sus tres campus fueron incrementándose año a año, los consumos energéticos tradicionales se fueron reduciendo al tiempo que se incrementa el uso de energías renovables.
Así, el consumo de electricidad pasó de un pico de 15.613 MWh en 2018 a 11.672 MWh en 2024. También se reduce el uso de gasóleo, pasando de 1052m3 en 2013 a 171 m3 en 2024.
También el consumo de agua cae en la UVigo, que pasa de más de 143.000 m3 en 2012 a 68.536 m3 el año pasado, y el mismo sucede con el papel, que pasa de uno máximo de 36.000 toneladas en 2014 a 17.175 cómo se recoge en este último informe de la OMA.
Lo mismo sucede con las emisiones relacionadas con la movilidad, que tuvieron un pico en 2018 con más de 15.000 toneladas de CO2 equivalentes y se reducen actualmente a 9360 toneladas.
Por el contrario, la Universidad de Vigo completa el uso de las fuentes renovables propias con el uso de gas natural, que fue subiendo constantemente desde 2008, cuando supuso un consumo de 564,5 MWh, hasta alcanzar un pico en 2019 y posteriormente ir bajando hasta los 6332 MWh de 2024. La UVigo también emplea actualmente pellets, que tenían un consumo 0 en 2008 para pasar la 89.500 kg en 2024.

Producción de energías renovables
La OMA también ofrece información sobre la producción de energías renovables para cada período anual. En 2024 fueron 2663 MWh, procediendo la mayor parte de paneles fotovoltaicos (1297 MWh ) y de la energía geotérmica (965 MWh), seguidos de la biomasa (382 MWh) y finalmente de la termosolar (18 MWh).
La fuente principal, la energía fotovoltaica, es una de las grandes apuestas de la institución desde hace años, y buena muestra de esto es el incremento de energía que se viene produciendo de modo constante, pasando de los 10 MWh en 2019 a los 925 MWh en 2021 hasta llegar a la cifra de 2024.
La geotermia, por su parte, mantiene una producción más estable que se incrementa casi cada año, pero de una manera más comedida, pasando de los 800.000 kWh de 2019 a los 965.260 kWh del año pasado.

























