En los Jardines del Cable, con la ría como telón de fondo, ha arrancado este miércoles el montaje del village de la 56ª edición de La Solitaire du Figaro Paprec. Aunque el grueso de la instalación se desplegará esta tarde, ya se puede divisar el escenario que acogerá conciertos, charlas y ceremonias bajo el cielo gallego. Este enclave, transformado en epicentro social de la regata, anticipa cuatro días de intensa actividad del 18 al 21 de septiembre, cuando la ciudad olívica se convierta en la única escala española de esta mítica prueba en solitario.
El Puerto de Vigo, con su habitual eficiencia logística, ha iniciado los preparativos para recibir a los 34 Figaro 3 que surcan el Atlántico desde Morlaix. Desde ayer, se ha procedido a la operativa de atraque, desplazando el remolcador Hidria II (acompañado del vaporín San Esteban) desde la dársena de Portocultura al Puerto de O Berbés. Esta maniobra libera espacio clave en el muelle para la flota, mientras los equipos de la Autoridad Portuaria adaptan pantalanes y zonas de amarre, asegurando que cada monocasco encuentre su lugar en la ría.
De los pantalanes al corazón cultural de la ciudad
En paralelo, se ultiman detalles en el muelle de Portocultura, donde se instalarán exposiciones interactivas sobre la historia de la regata y simuladores de navegación para el público. Los Jardines del Cable acogerán stands gastronómicos, talleres infantiles y zonas de avistamiento, todo ello bajo el paraguas de la campaña «Galicia sabe a mar» impulsada por la Xunta de Galicia. Esta iniciativa busca no solo celebrar la llegada de los regatistas, sino poner en valor el patrimonio marítimo de la región, desde la conserva del bonito hasta las técnicas ancestrales de navegación en las Rías Baixas.
La vicepresidenta de la Deputación de Pontevedra, Luisa Sánchez, ha destacado en recientes declaraciones el potencial de este evento: «No tengo duda de que el paso de La Solitaire por Vigo será un éxito rotundo. Genera expectación y une a la ciudadanía en torno al mar, nuestro gran aliado». El impulso de la Autoridad Portuaria y la Deputación ha sido clave para repatriar esta regata a Vigo, veinte años después de la Volvo Ocean Race, consolidando a la ciudad como referente en la vela oceánica internacional.
Un village para todos: deporte, cultura y gastronomía en la ría
El village no será un mero apéndice de la competición, sino un espacio inclusivo que invita a la ciudadanía a sumergirse en el universo de la Solitaire du Fígaro. Se prevén actividades deportivas como clinics de vela ligera, exhibiciones de optimist y charlas con patronas como Charlotte Yven o Tom Goron, que compartirán anécdotas de sus singladuras. Culturalmente, habrá proyecciones de documentales sobre la Bretaña navegante y conciertos.
La vertiente gastronómica robará protagonismo a los Fígaros amarrados a escasos metros, los visitantes podrán degustar maridajes de albariño con productos de la ría o empanadas, mientras expositores destacan la sostenibilidad pesquera gallega. Todo ello en un entorno accesible, con entradas gratuitas y horarios amplios, para que familias, aficionados y curiosos conviertan los Jardines del Cable en un pulmón de actividad hasta el domingo 21.
El preludio de una llegada épica y una salida histórica
Mientras los operarios erigen stands y conectan luces en los jardines, la flota avanza por el golfo de Vizcaya, lidiando con dorsales de alta presión y vientos caprichosos. La llegada, prevista para el viernes 19 por la boca norte de la ría, marcará el inicio oficial del village, con los regatistas desembarcando exhaustos pero eufóricos tras 486 millas de desafío en solitario. Cuatro días de fraternidad y camaradería que culminarán el domingo a las 12:30 horas con la gran salida hacia Saint-Vaast-la-Hougue.
Con el puente de Rande como centinela y las islas Cíes despidiendo la flota hacia Francia, Vigo cerrará esta escala con una estampa inolvidable: velas blancas contra el horizonte atlántico. El montaje en marcha no es solo logística; es la promesa de que, por unos días, la ciudad olívica latirá al ritmo del mar.