Fue a las 18,00 horas, cuando toda la música del recinto del Festival Arnette-O Marisquiño cesó de repente para dar paso al minuto de silencio de homenaje a Dani Rivas, el motociclista gallego fallecido el 14 de julio en un accidente de Laguna Seca. Solo el ruido de las motos, como salvas de despedida, se escuchó en As Avenidas. Fue un momento que puso la piel de gallina de los espectadores e hizo brotar las lágrimas del padre del malogrado deportista de Moaña, un gran amigo del Arnette-O’Marisquiño.