La marcha de este jueves ha superado en asistencia a todas aquellas con la presencia además de decenas de ciudadanos llegados de diferentes municipios de la provincia y usuarios también del nuevo hospital de Beade, cuyo rescate para el sector público fue la demanda de la mayoría de los asistentes, que también exigieron en numerosas ocasiones la dimisión de Feijóo y de la conselleira de Sanidade. «Feijóo atende a sanidade non se vende» o «Sanidade pública é gratuita» fueron algunos de los gritos más escuchados.
Decenas de pancartas con numerosas alusiones políticas a los «recortes» del PP y recordando que «con la salud no se negocia», decenas de miles de personas partieron pasadas las ocho de la tarde desde la entrada de Urgencias del hospital Xeral, cuyo cierre estaba previsto para este mismo jueves pero que ha sido aplazado por ahora sin fecha a la espera de que se reanude el traslado al nuevo centro de Beade. Una hora antes, ya la zona estaba a rebosar de personas y otras muchas esperaban en la confluencia de la Praza de España y en la Gran Vía para sumarse mientras gritaban cánticos pidiendo la dimisión del presidente de la Xunta. Otros muchos, miles, en las calles adyacentes al recorrido de la manifestación.
Según fuentes de la Policia Local la participación superó las 200.000 personas. El agente afirmó a VIGOÉ que en sus más de veinte años de servicio «muy pocas veces» había visto «algo igual». Además, una de las diferencias con otras manifestaciones fue la práctica ausencia de banderas ya que aparte de las que había en la cabecera en el resto apenas se veían símbolos.
Con lentitud, los manifestantes partieron tras una pancarta en la que podía leerse «Pola Sanidade Pública, Xunta de Persoal». En la siguiente «A Sanidade pública non se vende, se defende». Allí, sosteniéndola, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que ya confirmó hace días que participaría en una marcha de la que se dijo convocante, junto a otros representantes políticos y sindicales tanto en la cabecera de la marcha como en el resto de la masa que siguió a ésta.
En declaraciones a los medios de comunicación, el alcalde de Vigo volvió a reclamar al presidente de la Xunta que comparezca para dar explicaciones y, por su parte, el dirigente sindical de CCOO Ángel Cameselle lamentó que el nuevo hospital «se haya construido solamente bajo parámetros de rentabilidad económica».
Pocos minutos antes de las nueve de la tarde, todavía cientos de personas esperaban sumarse a la marcha en la Praza de España, a la que llegaron cinco autobuses procedentes del Baixo Miño a las 20:45 horas con más gente que se bajó para incorporarse a la protesta. La cabecera, a esa hora, estaba en el cruce de los cuatro bancos, en la confluencia de Colón con Policarpo Sanz.
Poco después de las nueve de la tarde llegó la cabecera de la manifestación a su destino final, en la Porta do Sol, donde ya cientos de personas aguardaban para escuchar el manifiesto. Mientras tanto, todavía decenas de personas esperaban en Pizarro para sumarse a la protesta.
Lectura del manifiesto
El manifiesto, que leyeron el periodista Xabier Fortes y el cantante Eladio Santos a las 21:05 horas, comenzó recordando que la fecha de este jueves, 3 de septiembre, es simbólica porque, hasta la paralización del traslado el pasado viernes, iba a ser la del cierre de las urgencias del Xeral y, por lo tanto, del propio hospital. «Toda unha xeración naceu neste hospital, estamos aquí para renderlle homenaxe e para reclamar un Hospital público e sen recortes onde poida nacer dignamente a próxima xeración», remarcó.
Acto seguido, lamentó la política de recortes llevada a cabo por parte de la Xunta en detrimento del sistema sanitario público bajo la excusa de la crisis económica y subrayó que la Consellería de Sanidade tomó dos decisiones que supusieron «un punto de inflexión» para el futuro de la sanidad gallega.
Estas dos decisiones fueron reducir considerablemente el presupuesto sanitario, especialmente en inversiones, y dar entrada a capital privado, siguió el manifiesto, que recordó las cifras de 1.300 millones de euros a la concesionaria del nuevo hospital cuando éste costaba 400 millones como público. Además del recorte de las camas, quirófanos y servicio de urgenciaso radiología o la desaparición del laboratorio, el texto criticó los esfuerzos de la Consellería por «confundir» a la ciudadanía aportando cifras para esconder un «peor servicio a la ciudadanía».
Subraya que se pierden servicios de referencia en Oncología Radioterápica, Cirugía Torácica, Neurocirugía, Cirugía Plástica, Cirugía pediátrica, cardiología intervencionista (unidades de hemodinámica) y Cirugía Cardíaca cuya referencia estará ahora en Santiago.
«A cambio dun hospital novo privatizado e recortado en tamaño e servizos, pechan o Hospital Xeral, o Cíes, o Rebullón e os Centros de Especialidades de Coia e Doblada, mantendo o concerto con Povisa», prosiguió el manifiesto, jaleado por los miles de asistentes en la Porta do Sol, especialmente cuando se aludió a que la Sanidad «es una necesidad, un derecho» pero que se reduce para permitir el «negocio de los amigos» de la Xunta.
«O que está a pasar hoxe co novo hospital de Vigo é unha mostra do que ocorre cando se deixa en mans dos intereses alleos aos da nosa saúde a xestión da nosa sanidade Pública. Os sobre custos da obra, os recortes en servizos, recursos, equipamento e persoal que van condicionar gravemente a súa calidade, o seu funcionamento e o acceso dos pacientes e familiares (accesos, aparcamento, transporte, etc), a mala planificación, improvisación e deficiencias detectadas no traslado desde o Hospital Xeral, Meixoeiro e Nicolás Peña ao Novo Hospital, son a proba de que o seu interés non é a seguridade e calidade na atención das e dos pacientes, senón tirar rendibilidade política inmediata da apertura do Novo Hospital», continuó el manifiesto, en el que también se criticó la «incapacidad de gestión» por parte de la Gerencia del Chuvi al respecto de los derechos laborales de los trabajadores o el propio seguimiento de la obra.
«Esta incapacidade ven condicionada por que a empresa encargada de facer o seguimento e control da obra, unha empresa contratada sen transparencia a unha persoa que ocupou cargos de responsabilidade en administracións do Partido Popular, parece que traballou máis para a empresa concesionaria que para velar polos intereses da Sanidade pública», siguió para reprochar la «improvisación» y la «falta de previsión» que ahora sufren los trabajadores y usuarios con techos que se desprenden, fugas de agua, consultas pequeñas, instalacionesn o adaptadas al trabajo a realizar, áreas de aislamiento inadecuadas, ausencia de materiales, comidas frías, escasas o ausentes y agua del grifo o del baño si no se compra a un euro entre otras muchas cuestiones.
«As redes sociais están cheas de testemuñas, en primeira persoa, que relatan con desesperación a súa experiencia ao incorporarse ao Novo Hospital. E dous días despois da visita da Conselleira, que insensible as voces que intentaban transmitirlle a súa preocupación, repetía o ben que ía o traslado, chegou a noticia de que estaba paralizado, e chegou como chegan as cousas nesta Xerencia, pola vía dos rumores, xerando inquietude e preocupación entre as 200 persoas ingresadas no Novo Hospital e as súas familias, e entre as traballadoras e traballadores».
Recordaron a través del manifiesto que la Gerencia «todavía no informó de las verdaderas razones de la paralizaicón, lo que genera aún más inquietud» por lo que demandaron responsabilidades a la Gerencia, a la conselleira y a la empresa concesionaria «por incumplir todos ellos con el principio básico de seguridad de los pacientes y los trabajadores». Por todo ello, concluyó el manifiesto, se reclama la «recuperación» para el sector público del nuevo hospital. «Defendamos a área sanitaria de Vigo contra os recortes do novo hospital, defendamos a sanidade pública», terminó entre los aplausos de los miles de congregados en el kilómetro cero de la ciudad.
La protesta no concluyó ahí ya que pasadas las diez de la noche todavía seguían caminando por Gran Vía y Policarpo Sanz los manifestantes más rezagados como se puede comprobar por las cámaras web del Concello de Vigo.