También alegó que no incluir el túnel obligaría a los conductores y usuarios de Vitrasa a dar una vuelta de un cuarto de hora para llegar a sus destinos. Un argumento que ha vuelto a defender ahora con vehemencia. “Quieren hacer dar a los autobuses una vuelta de kilómetros y que millones de viajes tengan un retraso con respecto al tiempo actual de entre 10 y 15 minutos”, apuntó en un primer momento en su rueda de prensa.
Caballero descartó esta posibilidad por completo: “Que se olviden, eh, que se olviden”, advirtió. Y lanzó varios reproches seguidos a los que rechazan la peatonalización con túnel. “¿Vamos a condenar, según esa gente y algún grupo político que los apoya, a que millones de viajes que pasan por la Porta do Sol pierdan entre 10 y 15 minutos de su tiempo? ¿Media hora al día para que media docena de personas estén contentas? ¿Pero qué se cree esta gente?”, preguntó.
No obstante, la tesis del alcalde queda claramente en entredicho con una simple consulta en herramientas tan sencillas como Google Maps o cualquier GPS. Cierto es que la distancia entre Policarpo Sanz y Elduayen es escasa. También es patente que apenas se tarda en cruzar esa céntrica zona de Vigo. Pero tal y como refleja el callejero de la ciudad el tiempo que se perdería ascendería a tres minutos, una quinta parte de los 15 que llega a mencionar Caballero.
De hecho, el desvío que se tendría que implantar -y que ciertamente afectaría a un alto número de líneas- sería el mismo que se activa en diciembre con motivo de las luces de Navidad, que impulsa el propio Concello y obliga a recorrer 1,2 kilómetros extra. Cuando, por ejemplo, el autobús se acerca al Paseo de Alfonso XII tiene que bajar hacia O Berbés, pasar por Carral y luego subir por la calle Reconquista para acceder por fin a Policarpo Sanz. Ese trayecto, según Google Maps, se completa en 6 minutos, tres más que ir directamente desde el comienzo del Paseo de Alfonso XII hasta la altura del teatro García Barbón (sin contar en ninguno de los dos casos las paradas que haga el autobús).
Otra cuestión debatible sería la congestión que se podría dar en las calles a las que se desvíe el tráfico, que sí fue argumentada por el alcalde hace varias semanas, aunque este martes no hizo mención a ello. Caballero centró sus ataques en el colectivo que se opone al túnel, en Marea de Vigo y en el BNG. Todo ello después de que la Corporación Municipal aprobara la reordenación urbanística del Barrio do Cura, que permitirá construir 400 viviendas, de las cuales sólo 36 serán de protección oficial a pesar de que Caballero había prometido un 30%. Este martes, el alcalde ha reconocido que el barrio sólo tendrá ese ratio “en los sitios donde tiene que aplicarse vivienda protegida”, según declaró sin ofrecer más detalles.