A las puertas del encendido de las luces de Navidad en Vigo, son miles las personas que esperan con impaciencia abrazar tan mágico momento, pero son miles también quienes lo temen como se teme a un cólico nefrítico o a una resaca interminable, que es lo que provoca en no poca gente tanto villancico.
Entre estos últimos, y no porque detesten la Navidad, está G.R.I.N.C.H. acrónimo de Grupo de Intervención Navideña Contra la Horterada y homónimo de ese ser verde, peludo y solitario que vive en una cueva en lo alto de una montaña y que, él sí, detesta estas fiestas.
«Los etiquetados como anti navidad y anti Vigo somos en realidad los más pro Vigo y pro Navidad», afirman a Vigoé desde G.R.I.N.C.H., de momento poco más que una cuenta en Instagram que, eso sí, no para de sumar adeptos. Nadie parecer saber quién o quiénes están detrás de esta cuenta. Guardan (en plural, porque es de suponer que son más de uno al llamarse grupo), de momento, con celo su intimidad.
Un Vigo esperpéntico
Su cuenta recoge información sobre Vigo que, leída toda junta, devuelve una imagen distorsionada de la realidad. Pero esa imagen, como aquella que devolvían los espejos del Callejón del Gato que Ramón de Valle Inclán incluyó en Luces de Bohemia, son una metáfora de un Vigo que los miembros de G.R.I.N.C.H. consideran tan grotesco como grotesca le pareció en su momento a Valle Inclán la deformación de la cultura europea.
«El Grupo de Intervención Navideña Contra la Horterada nació en las Navidades pasadas con el fin de luchar y generar conciencia alrededor de las disrupciones generadas por el modelo de ‘navidad’ (las comillas son suyas) propuesto por el Concello de Vigo«, explican. «Pretende generar conciencia alrededor de la implantación forzosa de una estética ajena a la identidad de la ciudad de Vigo, sin tener en cuenta sus expresiones culturales, tradiciones y costumbres», añaden.

El discurso de G.R.I.N.C.H., a la vista está, no es el contenido de una cáscara vacía, y además tiene un objetivo muy claro que no esconden: «La contrapropaganda», que consiste, dicen, en «criticar el discurso oficial y proponer debates alrededor de los distintos sucesos ligados a la navidad municipal y a la realidad cotidiana de Vigo con el fin de generar conciencia y lograr un cambio».
Esa palabra, cambio, es la que subyace bajo todo el discurso de G.R.I.N.C.H. Tanto es así que no descartan presentarse a las próximas elecciones municipales, de modo que no es impensable que en un par de años los votantes vigueses se encuentren una papeleta con el mismo logo que encabeza este texto.

De momento, su espíritu, decíamos, es «la contrapropaganda» frente al modelo de «navidad» (estas comillas son de ellos) del Concello, que considera «disruptivo y en contra de la sostenibilidad y la convivencia, en la línea de la espectacularización debordiana», en referencia al filósofo y cineasta francés Guy Debord.
Una feria kitsch
«Vigo se ha transformado en una gigantesca feria kitsch en la que no hay ningún nexo con la tradición. No está preparada para acoger semejante flujo de visitantes que no generan un retorno económico significativo, perjudicando a aquellos que viven y trabajan en la ciudad, en especial en el centro. Además, pone en riesgo la integridad de enclaves como la Praza de Compostela, cuyo deterioro es palpable», explican.

«Por otro lado, el discurso del Concello pretende enfrentar y dividir a los vecinos, hablando de un centro »rico’ y ‘pijo’, o calificando de ‘antivigo’ a todo aquel que no se adhiere de manera inquebrantable a su línea de pensamiento. Todo esto va en detrimento de un Vigo sostenible, moderno y democrático. No hay una inversión significativa ligada a una planificación seria en temas de cultura. Las infraestructuras y servicios no se corresponden con las de una ciudad de nuestro tamaño y relevancia. Únicamente es un trampantojo folclórico«, continúan.
Leído lo anterior, ¿es posible caer en la tentación de calificar de anti Vigo o anti Navidad a esta gente? Ellos defienden que no. Y lo hacen con hechos: «En este momento estamos poniendo en marcha una campaña solidaria para resignificar la ‘navidad’ (estas comillas son suyas) y convertirla en Navidad. Para ello solicitamos la colaboración de personas, negocios y entidades como asociaciones para arrancar con los desayunos solidarios, destinados a los cientos de personas sin techo que tienen como único abrigo las luces ‘navideñas», señalan.
Otra Navidad
Para esta gente, otra Navidad es no sólo posible, sino deseable, y esos desayunos de los que hablan es un lugar por el que empezar. Ellos mismos afirman que es necesario dar el paso de llevarlo a la práctica. Ya han realizado un llamamiento a través de instagram «y se han dado los primeros pasos» para hacerlo realidad. Ahora, en función de la respuesta de la ciudadanía, se irá trazando una hoja de ruta. «La idea es no dejar de lado en estas fechas a los que más lo necesitan», afirman.

«Entendemos que si se habla de Navidad, deben estar presentes una serie de valores laicos como la solidaridad, fraternidad o entrega que están intrínsecamente ligados a nuestra cultura. No se trata de una cuestión religiosa, sino una cuestión humana, aunque no se debe obviar que si vivimos en el año 2025 de nuestra era, esta fecha está condicionada por la Natividad (Navidad) de una figura histórica que es Jesús, en el año 0. En una ciudad en la que se venera de forma masiva al Cristo de la Victoria, la misma figura representada en el momento de su muerte, no debería ser tabú tener presente su nacimiento», explican para quién se pueda estar preguntando por la ideología política de esta gente.
El caso es que sus seguidores crecen. Veremos hasta dónde. De ello dependerán sus próximos pasos. Unos, encaminados a ofrecer a los vigueses una Navidad diferente a la que propone el Concello. Y otros, tal vez, a obtener representación en el pleno a través de las elecciones municipales para hacer política desde las instituciones, además de hacerla desde la calle y desde las redes sociales.























