«No sé si es incompetencia o dejadez, pero tomen cartas en el asunto». Así ha sido la reclamación del grupo municipal del BNG al respecto de las instalaciones deportivas municipales de Vigo en el pleno celebrado este lunes. Los nacionalistas han exigido la reprobación del concejal de Deportes, Manel Fernández, y que el gobierno local subsanase las deficiencias detectadas, ejecutase un plan integral de mejora y se devolviesen las cuotas cobradas a los usuarios en pabellones del Carmen, Berbés o Samil pese a estar cerrados. La iniciativa, que contó con el apoyo del PP, fue rechazada por la mayoría socialista, pese a que en un primer momento tanto el alcalde como los concejales de su grupo se equivocaron y votaron a favor.
Durante su exposición, el concejal nacionalista Filipe Abalde recordó la manifestación que tendrá lugar este mismo lunes, a partir de las 19:00 horas desde el pabellón del Carmen y convocada por numerosas asociaciones de la ciudad contra el «abandono» de las instalaciones deportivas. «Ponen un cartel que está cerrado por motivos técnicos cuando la realidad es que no pueden abrir porque no tienen personal. En 2013 había 78 trabajadores en las instalaciones deportivas y en 2025 hay 38», ha constatado. «Tomen cartas en el asunto porque la ciudadanía lo va a dejar claro esta tarde», ha señalado.
Al respecto, ha indicado que no se cubren las vacantes, ni con bolsas de trabajo ni tampoco se ejecutan las OPE pendientes que, ha recordado, cuentan con unas 200 plazas pendientes. La carencia de personal afecta a conserjes, oficiales, personal de mantenimiento o de administración, entre otros. «Los que están trabajan bajo mínimos sobrecargando a los técnicos municipales en una estrategia planificada por el gobierno muy ruin que supone una coartada perfecta para la privatización», ha subrayado.
Los afectados, ha recordado, son los usuarios de la gran mayoría de las instalaciones deportivas, desde Samil hasta las pistas de Balaídos, pasando por el pabellón Quirós o As Travesas. El concejal nacionalista no ha pasado por alto el hecho de que los vecinos de Teis llevan más de un año y medio sin piscinas o la situación de la Fundación Vide «vacía de contenido», así como las promesas incumplidas a numerosos clubes de la ciudad, entre ellos el equipo vigués Trasnos de béisbol, que lleva desde 2016 esperando a que se cumpla la promesa de un campo propio, pero que desde hace casi una década juega como local en A Coruña.
Ante esta situación, los nacionalistas han exigido la reprobación o el cese del concejal Manel Fernández, por su «nefasta gestión deportiva». También ha solicitado que se solucionen cuanto antes las deficiencias detectadas, que se ejecute un plan integral de mejora de las instalaciones y que cuente con dotación presupuestaria y personal.
La gestión municipal ha sido defendida por el portavoz del gobierno local, Carlos López Font, que ha acusado del BNG de incurrir en «mentiras y falsedades». «Vivimos la mejor época del deporte en Vigo», ha proclamado, y ha recordado que el gobierno vigués ha multiplicado los presupuestos destinados a este ámbito.
Para el concejal socialista, la gestión del Deporte en Vigo es «inmejorable» y ha afeado al BNG su intención de reprobar a un edil, Manel Fernández, que es «un símbolo de la ciudad» por su trayectoria como sindicalista y por su compromiso con la izquierda. «Esta es la forma de hacer política de los frustrados», ha subrayado.
Caballero estuvo ausente durante el debate de la moción, pero antes de proceder al voto tomó la palabra para «asegurar que el concejal de deportes continuará estos dos años al frente y luego otros cuatro más». «Y probablemente ninguno de ustedes sea concejal o concejala, probablemente los cambiarán a todos ustedes porque les sacamos 45 puntos de ventaja, algo que no existe en la democracia. Y 42 a la segunda fuerza política de esta ciudad», ha remarcado el alcalde vigués. Acto seguido ha recordado que «esto significa que quien decide es el alcalde» y que, por lo tanto, Manel Fernández «va a continuar porque es un excepcional concejal de Deportes».
Tras sus palabras, en las que recordó también el apoyo masivo a su partido y a su candidatura, Caballero dio paso a la votación, en la que tanto él como su grupo se equivocaron y votaron a favor para, acto seguido, enmendarse y votar en contra de la moción nacionalista, que fue rechazada al sumar tan solo los 3 votos del BNG y los 5 del PP, con 18 del PSOE en contra.