Miles de vigueses volvieron a echarse a la calle el primer domingo de agosto para mostrar su fervor por el Cristo de la Victoria. Y ni siquiera los 35 grados que marcaron los termómetros en el centro de Vigo doblegaron a los miles de devotos que, como cada año, profesaron su fe por en honor al Santísimo.
Tras comenzar el pasado 25 de julio con la novena y el inicio de las celebraciones religiosas, los días de culto remataron este domingo con la cita más especial y más tradicional en la que se congregan familias enteras, jóvenes y no tan jóvenes para mostrar su máxima devoción al Cristo de la Sal.
Pero además, la cita religiosa también tuvo el componente político. Representantes de las administraciones locales, provinciales y autonómicas formaron parte de la comitiva con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el alcalde, Abel Caballero, como los principales altos cargos, pero llegando a romper el protocolo y caminando por separado, mostrando así los bandos PP-PSOE.
De hecho, Rueda estaba flanqueado por todos los cargos ‘populares’ mientras que el regidor vigués hacía lo propio con los políticos socialistas. El presidente y la vicepresidenta de la Diputación, Luis López y Luisa Sánchez; el presidente del Puerto, Carlos Botana, la delegada de la Xunta en Vigo, Ana Ortiz, estaban del lado ‘popular’ mientras que el delegado de Zona Franca, David Regades, o el subdelegado del Gobierno, Abel Losada, se mostraban al lado de Caballero y de todos los concejales del grupo de gobierno vigués.
La directiva de la Cofradía del Cristo de la Victoria, encabezada por Marora Martín-Caloto, completó la comitiva con cargos militares, el pregonero, Benjamín Estévez de Cominges y el portador del estandarte, el periodista Fernando Franco. El predicador, el obispo emérito Luis Quintero Fiuza, iba acompañado por el actual obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín y otros sacerdotes, entre ellos el párroco de la Concatedral, José Vidal.
Una amplia delegación de fieles a los que se sumaron una gran cantidad de vigueses, durante toda la tarde pero también hubo una gran parte de los devotos del Cristo que aprovecharon la mañana, e incluso la madrugada, para realizar el recorrido y acompañar al Cristo de la Sal, que salió de forma oficial a las 19:30 horas de la Concatedral de Santa María.
Y tras abandonar la Concatedral, la imagen transitó por calle Real, O Berbés, Cánovas del Castillo, Montero Ríos, Colón y Príncipe para concluir el recorrido en la céntrica Porta do Sol, donde ya en torno a las 21 horas tuvo lugar la despedida, antes de dirigirse de vuelta al templo por Praza da Constitución y rúa Triunfo.
De este modo, un gran número de fieles acompañaron al Cristo en este peregrinaje y lo hicieron portando los tradicionales cirios mientras que algunos de ellos hacían el paseo descalzos mostrando así su fe y devoción, un año más, al Santísimo.
Por la mañana, ya fueron muchos otros los devotos que se acercaron por la Concatedral para rendirle honores al Cristo de la Victoria.