La sombra de la violencia ultra ha vuelto a oscurecer el panorama deportivo en Vigo. Agentes de la Policía Nacional han detenido a siete miembros de dos facciones futbolísticas rivales en un operativo simultáneo llevado a cabo en Vigo, Pontevedra y Marín. Las detenciones se producen tras una intensa investigación que ha desvelado una preocupante escalada de agresiones mutuas a principios del pasado mes, perpetradas con saña y la utilización de objetos contundentes.
La investigación, liderada por la Brigada Local de Información de la Comisaría de Vigo-Redondela, se centró en una serie de reyertas orquestadas por miembros de “Tropas de Breogán” (identificados como el grupo más radical del R.C. Celta de Vigo) y el “Frente Boquerón” (aficionados ultras del Málaga C.F.), algunos de ellos asentados en la zona de Marín.
De la emboscada al asalto en grupo
La violencia se desató a principios de septiembre en un patrón de caza y venganza planificada. El primer incidente ocurrió cuando cinco ultras de «Tropas de Breogán» reconocieron a dos individuos de ideología contraria del «Frente Boquerón» en una zona comercial de la ciudad. Tras una rápida coordinación y ocultando sus rostros, los abordaron portando objetos peligrosos para agredirles.
La respuesta de los ultras malagueños no se hizo esperar. Días después, un grupo de siete personas, incluyendo miembros del «Frente Boquerón» y sus acompañantes, irrumpió encapuchado en una cervecería de Vigo donde se encontraban dos miembros del grupo celeste. Estos últimos tuvieron que huir para evitar ser agredidos, demostrando la naturaleza organizada y el riesgo inminente de los asaltos.
La última acción registrada en esta escalada fue la más multitudinaria: apenas unas horas más tarde, un grupo masivo de veintisiete jóvenes entraba con los rostros ocultos y objetos contundentes en un pub del municipio de Marín para agredir directamente al grupo rival. En estas reyertas, ambos bandos hicieron uso de defensas extensibles y otros objetos peligrosos, además de utilizar pasamontañas y capuchas para garantizar su impunidad.
La ley del silencio ultra impone el rigor policial
Una de las dificultades que afrontó la Policía Nacional fue la ausencia de colaboración por parte de las víctimas o la interposición de denuncias. Este silencio es una práctica habitual en este tipo de grupos violentos, que se rigen por una «ley» interna de no colaboración con las autoridades y la elección de «solucionar» sus discrepancias y enemistades de forma violenta y autogestionada.
A pesar de este muro de silencio, la Brigada de Información de Vigo-Redondela pudo recabar la información necesaria para acreditar la participación de siete individuos clave. El operativo se saldó con la detención de cinco miembros de «Tropas de Breogán» y dos miembros del «Frente Boquerón».
A los detenidos se les imputan delitos de desórdenes públicos y riña tumultuaria, infracciones que subrayan la gravedad de sus acciones en espacios públicos. Tras su arresto, fueron puestos a disposición judicial. La Policía Nacional ha confirmado que la investigación sigue abierta, por lo que no se descartan futuras detenciones en relación con esta serie de incidentes que han puesto de manifiesto la preocupante actividad violenta de los grupos ultras fuera de los estadios.