Con ese propósito, este miércoles se ha convocado para este miércoles, día 26 de octubre, una concentración delante del museo Marco en el que la protesta tendrá un tinte lúdico-reivindicativo con motivo de la coincidencia con la celebración del Samaín y los días de Todos los Santos y Difuntos. Así, se organizará un acto funerario en el que se despedirá «como se merece» a la Lomce y las Reválidas dándole al Gobierno en funciones «nuestras más sentidas condolencias por tan sensible pérdida».
Según recuerda la sección CIG-Ensino, las protestas se asientan en el pleno convencimiento de que «la Lomce es una ley nociva para la educación pública gallega» ya que, subrayan, «acrecienta la privatización y mercantilización de la educación, promueve la segregación del alumnado, refuerza la confesionalidad, destierra la igualdad de oportunidades, elimina la gestión democrática de los centros e impide el derecho a la educación para todo el alumnado». A todo esto, añade la CIG en su comunicado, «hay que sumar el cúmulo de despropósitos y atropellos que está suponiendo su implantación, que siembra dudas e incertezas. Desprecia absolutamente el trabajo del profesorado, continúa, y es un desatino y una desconsideración con el alumnado además de un despropósito en la organización de los centros».
La nota del sindicato critica asimismo «la irresponsabilidad y prepotencia que muestra el Ministerio, con el beneplácito de la Consellería» que, pese a estar en funciones, pretende aplicar las reválidas en la ESO y en bachillerato pese a que hasta el 30 de julio de este año no se publicó el Real Decreto que las regula y en el que se fija un plazo, hasta el 30 de noviembre, cerca del término del primer trimestre, para establecer las características, el diseño y el contenido. Es decir, el alumnado será sometido a unas pruebas sustitutorias de la selectividad sin que a estas alturas se conozca su contenido ni sus características. «Mayor desprecio para el alumnado y el profesorado imposible», remarca.
Lo sensato y razonable, añade, «como mínimo, sería paralizar la aplicación de la Lomce, no realizar las reválidas e, independientemente de nuestra opinión sobre la Selectividad, continuar transitoriamente con las pruebas actuales para acceder a la universidad pues no se puede someter al alumnado de bachillerato a una prueba de la que no va a conocer su contenido ni su diseño hasta el segundo trimestre del curso».