Citas médicas, tarjetas PassVigo, permisos de conducir, valijas, documentación bancaria, incluso mochilas de peregrinos. Todo eso permanece sin repartir en cantidades más que notables en las oficinas de Correos en Vigo, y en no pocas otras del área metropolitana, porque la plantilla se encuentra «al límite» de sus posibilidades.
«Hay cartas, envíos ordinarios, de la semana del 22 de julio sin repartir, son del servicio rural», ha explicado a Vigoé María Isabel Mouriño, secretaria provincial del sindicato CCOO en la provincia de Pontevedra.
Los datos
Datos de este mismo jueves: en la unidad de servicios especiales o urgentes en la Avenida Portanet se acumulaban a primera hora de la tarde 700 envíos sin repartir. El retraso en la entrega de buena parte de esos envíos ya han supuesto penalizaciones para Correos. A esa hora había, además, 120 mochilas de peregrinos sin entregar, cuando lo normal es que los caminantes las reciban a las dos o dos y media de la tarde. Había, también, 250 recogidas sin efectuar, muy por encima de las 40 habituales.
¿Por qué? Según explican trabajadores de Correos, en esa oficina están empleados 17 carteros, de los que, por vacaciones, bajas o permisos, únicamente están trabajando diez, de los que dos tienen una ruta propia que les impide ayudar a sus compañeros.
En la Unidad de Reparto 2, en la calle Paz, se acumulan cartas sin entregar desde el pasado julio. Se trata de la mayor unidad de toda la provincia y una de las más grandes de España, con más de 90 carteros, pero por unas u otras razones, suelen faltar la mitad, según fuentes sindicales. Eso implica que cada cartero tiene que hacer el trabajo de dos, cuando no de tres, como sucedió en los meses de verano. Y no dan a basto.
La situación se repite en la Unidad de reparto 3, ubicada en la calle Ruiseñor. Allí trabajan 17 carteros-motoristas. Este jueves había 7. Acumuladas en la oficina, cartas de la DGT, tarjetas sanitarias de la Seguridad Social, cartas de Hacienda o envíos de Abanca que los trabajadores intuyen que son tarjetas de crédito.
«Ese es el caos que hay montado en Vigo», asegura Mouriño, según la cual la situación es incluso peor en O Porriño porque en Vigo, donde el año pasado se llegaron a acumular 12.000 envíos pendientes, Correos tomó cartas en el asunto, abrió un turno de tarde y poco a poco se pudieron ir vaciando las oficinas.
La situación de O Porriño
Pero en O Porriño viven hoy lo que se vivió en los peores momentos en Vigo. «No puede ser que la plantilla está a menos del 50%«, afirma Mouriño, según la cual en el turno de mañana debería haber 17 trabajadores, pero hoy sólo había ocho, y dos de ellos con contratos a tiempo parcial.
En estas circunstancias, los carteros se ven incapaces de dar salida a todo el volumen de envíos que llegan a sus oficinas. Y lo que reclaman, es fácil de intuir: «Queremos que si alguien está ausente por vacaciones o permisos, que se le cubra. Y si la persona va a estar fuera cinco días que se le cubra por cinco días, no por dos», afirma Mouriño.
Un problema generalizado
Desde CCOO subrayan que la sobrecarga no es solo puntual de Vigo, sino que afecta a toda la provincia. “Se jubila un trabajador y la empresa no cubre la plaza: o asume el resto de compañeros o lo convierten en un contrato parcial. La plantilla lleva años absorbiendo todo ese trabajo, pero física y mentalmente llega un momento en que no se puede más”, advierte Mouriño.
El sindicato reclama una evaluación real de riesgos ergonómicos y la cobertura de las vacantes. También denuncia que la dirección de Correos prioriza cuadrar las cuentas a costa de “la base de la pirámide”, es decir, a costa de la plantilla.
Mientras tanto, el colapso en la distribución se traduce en retrasos en notificaciones, en envíos urgentes y en servicios estratégicos para la ciudad.