Ayer, las calles de Vigo se llenaron de voces reclamando un futuro mejor para las instalaciones deportivas municipales. Cientos de personas participaron en una manifestación que recorrió el trayecto desde el gimnasio del Carmen hasta el pabellón del Berbés, exigiendo al Concello un compromiso firme con el mantenimiento de los servicios públicos y en contra de su privatización. Convocada por colectivos vecinales, usuarios, sindicatos y apoyada por representantes del BNG y el PP, la marcha culminó con la lectura de un manifiesto que denunció el abandono de los equipamientos deportivos.
Una marcha por la dignidad del deporte municipal
A las 19:00 horas, el gimnasio del Carmen se convirtió en el punto de partida de una manifestación que reunió a unas 250 personas, según fuentes locales. Organizada por la Federación Vecinal Eduardo Chao, la Asociación de Vecinos Pontenova Freixeiro, usuarios de los gimnasios y el comité de empresa del Concello, la marcha avanzó sin incidentes hasta el pabellón del Berbés, bajo pancartas con lemas como “Non á privatización” y demandas de reformas urgentes, como la reapertura de la piscina de Teis.
Los participantes, entre los que había deportistas, familias y vecinos de barrios como Samil, Teis o As Travesas, expresaron su frustración por el estado de deterioro de las instalaciones deportivas. La lectura de un manifiesto al final del recorrido resumió las demandas: apertura y mantenimiento adecuado de los equipamientos, abandono de los planes de privatización y dotación de personal suficiente para garantizar un servicio público de calidad.
El abandono de las instalaciones
Según el BNG, las instalaciones deportivas de Vigo, como los gimnasios del Carmen, Berbés, Samil o Quirós, sufren un abandono estructural que se ha agravado en los últimos años. En el pleno municipal del mismo 30 de junio, el concejal Filipe Abalde denunció que el servicio de deportes ha pasado de contar con 78 trabajadores en 2013 a solo 36 en 2025, lo que ha generado una sobrecarga para los técnicos municipales y deficiencias en el mantenimiento.
Entre los casos más críticos destaca la piscina de Teis, cerrada desde un incendio en mayo de 2022, o el pabellón de Quirós, que estuvo meses sin agua caliente. Los clubes deportivos, como el equipo de béisbol Trasnos, también sufren las consecuencias: desde 2016 esperan un campo propio, obligados a jugar como locales en A Coruña. Los convocantes acusan al Concello de seguir una “estrategia premeditada” para justificar la privatización, alegando que la falta de personal y recursos crea las condiciones perfectas para externalizar los servicios.
Una movilización sin afiliación política
La manifestación, descrita como un “movimiento ciudadano sin afiliación política”, contó con el respaldo de entidades como el comité de personal laboral del Concello, que ha denunciado el “desmantelamiento” del servicio de deportes. De las 49 plazas públicas destinadas a gestionar los complejos de Samil, As Travesas, Carmen y Berbés, solo 29 están cubiertas, dejando vacantes 20 puestos esenciales, incluyendo conserjes, oficiales de instalaciones y personal de mantenimiento. Esta escasez, según los sindicatos, forma parte de un plan que favorece la privatización, ya que los servicios externalizados “son más caros para el contribuyente”.
El acto también contó con la presencia de representantes políticos. El BNG, que apoyó activamente la marcha a través de redes sociales, y el PP, que respaldó con matices la moción presentada por los nacionalistas en el pleno, se sumaron a las demandas vecinales. Sin embargo, la moción para reprobar al concejal de Deportes, Manel Fernández, fue rechazada por la mayoría del PSOE (18 votos en contra frente a 3 del BNG y 5 del PP). El alcalde, Abel Caballero, defendió a Fernández, asegurando que seguirá como concejal “los próximos seis años”, en un pleno marcado por un error inicial del PSOE al votar a favor de la moción antes de corregirse.
Más movilizaciones en el horizonte
Los organizadores, encabezados por la Federación Vecinal Eduardo Chao y otras asociaciones, han presentado más de 900 firmas al Concello exigiendo una reunión con el alcalde, sin obtener respuesta hasta ahora. Su mensaje es claro: no se trata solo de arreglar instalaciones, sino de defender el carácter público del deporte en Vigo.
La marcha del 30 de junio no será la última. Los colectivos anunciaron que las movilizaciones continuarán para presionar al gobierno local, exigiendo un plan integral de mejora, la reposición de personal y el mantenimiento adecuado de los equipamientos. En un comunicado, destacaron tres demandas clave: garantizar el funcionamiento de los gimnasios y pabellones, desistir de la privatización y resolver las deficiencias estructurales de las instalaciones.