La renovación del estadio de Balaídos y sus sucesivas transformaciones son un sumidero interminable de dinero público y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, quiere más. De momento, quiere tres millones de euros más. Y quiere que 1,5 millones los ponga la Diputación de Pontevedra y otros 1,5 millones los ponga la Xunta de Galicia. Y no sólo los quiere; los exige.
«Que vayan habilitando ya; quiero ver en los presupuestos una partida de millón y medio de euros para pagar ya la obra que ya estamos haciendo y que se va a ejecutar en el principio del año 2026. Y les enviaré inmediatamente una carta a los dos diciéndoles que habiliten ya esta partida», ha dicho el alcalde en un audio remitido a los medios de comunicación.
La obra a la que se refiere el alcalde es el traslado del colector que está detrás de Tribuna, una grada que se enfrenta a una segunda remodelación en menos de una década para que Balaídos pueda acoger 43.000 espectadores y de paso un par de partidos del Mundial 2030.
Ese es el plan, pero la obra no se está haciendo ya, como dice el alcalde, quien, de hecho, calcula que «ese colector va a valer entre tres y cinco millones, seguramente más cercano a cinco que a tres millones de euros». Es decir, de momento lo único que existe es un anteproyecto. Y, cueste lo que cueste, Caballero quiere que el pago se divida en tres partes: Concello, Diputación y Xunta de Galicia,
Pero el regidor ya anticipa que ambas administraciones se van a negar a aportar la partes que supuestamente les toca porque en realidad «no quieren pagar el Mundial de Vigo. Ni la Diputación ni la Xunta. Y es Rueda el que no quiere que tengamos Mundial, es él quien le dijo a Louzán que de Galicia una sola sede y que tenía que ser Coruña».
Actualmente, Vigo ni siquiera está designada como sede del Mundial 2030. N i tiene la garantía de que lo vaya a ser. Lo dijo el propio Rafael Louzán recientemente en Vigo, cuando recordó que, en todo caso, es una decisión que debe tomar la FIFA.























