El gobierno local de Vigo ha aprobado este viernes una «prórroga forzosa» del contrato de Vitrasa, que caduca en menos de diez semanas, el próximo 8 de junio. Así lo ha anunciado el alcalde, Abel Caballero, que ha justificado que tal decisión se establece «por el tiempo imprescindible para la formalización e inicio del nuevo contrato y en ningún caso podrá exceder los dos años».
Dicho contrato todavía no ha sido licitado y, de hecho, el anuncio previo se subió hace casi dos meses a la plataforma de contratación sin que todavía se haya activado, a pesar de que contempla el inicio de dicho contrato el 1 de enero de 2026, por un periodo de 9 años prorrogables a uno más y un total de 409 millones de euros (con IVA). Además, el contrato establece la obligatoriedad de acometer inversiones por un importe que la memoria económica estima en más de 69 millones de euros, inversiones que, en todo caso, no son susceptibles de ser empleados en el resto de la actividad productiva del contratista.
La prórroga del contrato de Vitrasa era inevitable, habida cuenta que finaliza el 8 de junio, pero se preveía por un periodo de medio año. «En ningún caso podrá exceder los dos años», ha indicado Caballero, que ha señalado que el contratista actual debe seguir prestando el servicio «en los mismos términos y condiciones que el actual».
Así, ha indicado que se abonará por parte del Concello de Vigo la «retribución prevista en el contrato adaptada a las circunstancias que puedan concurrir en este periodo y durante el tiempo de vigencia de esta prórroga del servicio». Además, ha señalado que se llevará a cabo un control específico mensual de los costes reales y también, al mismo tiempo, de los avances del procedimiento de la nueva licitación.
«Es un servicio público que no puede dejar de prestarse», ha alegado Caballero, que ha insistido en que se trata de una «prórroga forzosa».
«Antes de dos años tiene que estar hecha una nueva concesión y por lo tanto una nueva situación con quien gane el proceso», ha dicho.
Críticas del PP por la «incapacidad» para sacar el contrato nuevo
La aprobación por la vía de urgencia de esta nueva prórroga a Vitrasa en la junta de gobierno local tampoco ha pasado desapercibida para el grupo municipal popular, que ha alertado sobre una nueva compensación solicitada desde la empresa al Concello.
El portavoz del grupo municipal del PP de Vigo, Miguel Martín, ha precisado que, a partir del 8 de junio, esta nueva prórroga hará que el servicio de transporte urbano de Vigo pase «de un modelo concesional, vigente a día de hoy, a un contrato de servicios a partir de esa fecha».
Una «chapuza»
El principal grupo de la oposición ha lamentado la «chapuza» en la que ha incurrido el gobierno local, «incapaz de tener a tiempo la nueva concesión». «Dispuso de cinco años y volvió a demostrar su inoperancia en materia de contratación», ha lamentado el portavoz del grupo popular.
Una vez confirmada dicha prórroga forzosa por parte del gobierno, el PP ha exigido que no llegue a los dos años del tiempo máximo establecido. «El expediente recoge que esa prórroga será por el «tiempo imprescindible» pero a la vez avisa de que «se estima en doce meses». Por tanto, se produce aquí el enésimo incumplimiento de la palabra del señor Caballero», ha dicho el portavoz popular, recordando que anunció en su día que sería de seis meses.
«Hemos de advertir de que el documento contempla que incluso podrían ser hasta dos años. Se trata de un plazo máximo, no estimado, pero conociendo a este gobierno local no habría que descartar absolutamente nada», señala.
Desde la perspectiva del grupo popular, esta nueva prórroga es una «mala noticia» para Vigo dado el «deficiente servicio de bus urbano que se presta en la actualidad, con Caballero como cómplice necesario».
Por ello, al menos hasta mediados de 2026 –podría ser hasta después de las elecciones municipales de 2027– no habrá un nuevo contrato y, ha insistido el grupo municipal «es culpa, única y exclusivamente, de la incompetencia de este gobierno local».
«A día de hoy teníamos que estar vislumbrando ya el fin de la concesión de Vitrasa, pero por culpa del señor Caballero la ciudad tendrá un año extra de recorte de rutas y de falta de frecuencias», ha lamentado Martín.
Asimismo, el portavoz ha apuntado que además de la prórroga forzosa, Vitrasa ha considerado que la compensación de 12 millones de euros abonada en función del famoso reequilibrio económico es «insuficiente» y que, por ello, ha interpuesto un recurso en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por el cual pide que se le reconozca el derecho a que se le abonen 2,3 millones adicionales correspondientes al año 2020 así como otros 940.000 euros correspondientes al año 2023.
«En total, la empresa aún reclama a día de hoy 3,2 millones de euros a mayores, y ya avisa de que el 2024 también ha cerrado con desequilibrio económico. Veremos si no sucede lo mismo en 2025 con esta prórroga forzosa», ha subrayado.
Críticas del BNG
También el grupo municipal del BNG ha criticado la nueva prórroga, exigiendo además la «inmediata recuperación de las más de 250 frecuencias diarias recortadas».
Al respecto, ha confiado en que esa prórroga sea el «último punto y final de un bus privatizado» y, por tanto, ha vuelto a reivindicar la remunicipalización del servicio.
Así, el acuerdo supone, en la práctica, añadir dos años adicionales a los cinco ya prorrogados previamente con la excusa de la pandemia. «Estamos delante de un nuevo regalo a Vitrasa, que seguirá explotando un servicio público esencial en las mismas pésimas condiciones actuales», advirtió el portavoz nacionalista, Xabier Pérez Igrexas.
El portavoz calificó la medida de «absolutamente lesiva para los intereses de la ciudadanía» y acusó al alcalde de «mentir descaradamente», recordando que hace solo unas semanas aseguraba que la nueva concesión estaría operativa el 1 de enero de 2026, mientras que ahora ya se admite que no será antes de junio diera año.
«Y veremos si en esa fecha», ironizó.
Desde el BNG ha reclamado, de inmediato, la recuperación de las más de 250 frecuencias diarias suprimidas desde la pandemia, «que recortaron precarizando de forma evidente el servicio con el aval cómplice del gobierno municipal».
El transporte urbano es un «servicio público esencial para muchos millares de viguesas y de vigueses», ha subrayado Igrexas, que remarca su papel llave para articular una movilidad sostenible a nivel ambiental.
Remunicipalización
Frente a un Gobierno municipal que se volvió a demostrar «absolutamente incapaz», el BNG propone una solución de fondo: la remunicipalización del servicio. «Tenemos que aprovechar este limbo provocado por la ineficacia del gobierno para impulsar un modelo público que supere el negocio privado y ponga las personas en el centro», defendió.
La propuesta nacionalista pasa por la creación de una empresa municipal de transportes que gestione directamente el servicio, como ya acontece en otras muchas ciudades gallegas, del Estado y de Europa.
«Que esta prórroga a Vitrasa sea el último punto y final a un modelo de privatización que fue un pésimo negocio para la ciudad y que solo benefició la empresa», proclamó el portavoz municipal nacionalista.
«Es el momento de remunicipalizar el bus de Vigo, para que sea un verdadero servicio público para todas y todos y no apenas un gran negocio para unos pocos.Vigo merece un servicio de transporte urbano moderno, eficiente y plenamente público, que responda a las necesidades reales de una ciudad con 300 mil habitantes», concluyó Igrexas.