No pudo ser. Vigo no se alzó con el premio internacional de Capital Europea de la Navidad al que aspiraba, tal y como avanzó VIGOÉ. Pese a que los festejos navideños vigueses levantan pasiones, sobre todo del alcalde Abel Caballero -que así lo traslada allá donde va- pero también por el beneplácito que obtiene de los comerciantes de la zona centro o de los miles de locales y visitantes que, año tras año, recorren las principales calles del centro de la ciudad para disfrutar de la iluminación y decoración navideña, a nivel europeo no lo comparten así.
Y es que a ojos del jurado internacional -compuesto por personalidades de los Estados miembros de la UE- la candidatura presentada por Vigo no fue suficiente y la ciudad de Barcelona se alzó con el premio en la categoría de capital con más de 100.000 habitantes.
Presidido por Danuta Hübner, destacada economista y figura política europea, la comisión evaluadora analizó los diversos proyectos presentados y decidió otorgar esta novena edición del premio a la ciudad española, a la que acompañaron las localidades de Wels (Austria) en la categoría de ciudad -entre 10.000 y 100.000 habitantes- y Kirkop, en Malta, como villa de la Navidad, por tener menos de 10.000 habitantes.
A mayores, otro pueblo español, Valduvieco, de 32 habitantes y situado en la provincia de León, recibió una mención especial del jurado por «encarnar la implicación colectiva de sus habitantes en proyectos que promueven los valores de solidaridad, unidad y tradición promovidos por la Red de Pueblos Navideños». En este caso, priorizaron la participación ciudadana «para preservar costumbres locales como el encendido de las luces, el mercado local, la fabricación de juguetes y artesanías, las reuniones festivas y la música en vivo», destacaron del mismo.
«Bien posicionada»
Con todo, la propuesta presentada por la ciudad viguesa quedó «bien posicionada», como así confirmaron a VIGOÉ fuentes conocedoras del proyecto y de la candidatura llevada a nivel europeo. Sin embargo, la presentación de Barcelona «con toda su artillería» fue difícil de superar. La ciudad condal anunció su propuesta en el último momento pero lo hizo a ojos de todo el mundo con la implicación de grandes sectores de la ciudad además de presentarlo públicamente.
En el caso de Vigo, el alcalde Abel Caballero se limitó a decir al respecto -preguntado por este periódico- que «Vigo no necesitaba premios». Pese a ello, presume de los galardones que le otorgan con respecto a la Navidad, como ha sido el caso del último reconocimiento hecho por la web de viajes Holidayguru o National Geographic, o con los Premios Nacionales de Comercio Interior que ha cosechado en los últimos años y a los que, nuevamente, se vuelve a presentar este año.
Lo más relevante es que la candidatura a Capital Europea de la Navidad no la anunció -quizá por el hecho de que era consciente de la dificultad que entrañaba conseguir el premio- pese a haber hecho efectivo un contrato menor con la empresa viguesa Esmerarte para elaborar la documentación necesaria y oficializar la misma ante la entidad sin ánimo de lucro «European Capital of Christmas», auspiciada por la Unión Europea.
Era el primer año que se presentaban a una candidatura de esta relevancia y lo cierto es que iban «muy justos» por el plazo dado -acabó el 31 de octubre- y por el tipo de bases que rigen este tipo de premios a nivel internacional. «Era más complejo», apuntan las mismas fuentes.
La opción ganadora: paisaje y tradición
Y así, tras la resolución del jurado, este pasado 13 de diciembre, Barcelona recogió el galardón en una gala celebrada en la ciudad de Vilnius (Lituania), que fue Capital Europea de la Navidad del año 2025, desbancando así a Vigo como la ciudad con «la mejor Navidad del mundo», como así repite Caballero.
El paisaje navideño de Barcelona «que se enriquece con siglos de historia, arte y tradiciones, donde las tradiciones locales, profundamente arraigadas, convergen con una identidad profundamente multicultural», fue una de las cuestiones más valoradas por el jurado internacional.
«Cada detalle añade nuevas capas de significado y creatividad: desde la Feria de Santa Llúcia hasta las entrañables figuras del Tió de Nadal y Els Pastorets, villancicos latinoamericanos, mercados navideños de estilo centroeuropeo y toques culinarios mediterráneos», subraya la comisión evaluadora de la candidatura de Barcelona.
Y como aspectos más destacados y por los que se llevó el galardón, ponen el foco en las actuaciones musicales «que llenan las calles de calidez y alegría», las tradiciones litúrgicas, ferias y mercados navideños, así como «majestuosas decoraciones y tradiciones gastronómicas, hacen de la ciudad un destino inolvidable en Navidad».
La celebración de las fiestas a través del bajo consumo y decoraciones sostenibles con talleres especiales, ferias ecológicas e iniciativas de recogida de árboles y adornos de origen orgánico una vez finalizadas las fiestas, es otra de las cuestiones que resaltan, sin olvidarse de la Cabalgata de Reyes, los conciertos de villancicos, la Feria de Santa Llúcia y el encendido de las luces navideñas, puntos que, como señalan, «no te puedes perder».


























