Los conductores que pasen estos días por la carretera de Camposancos, en Coruxo, harán bien en afinar la vista porque una de las edificaciones más señeras, la nave del desaparecido Grupo de Empresas Álvarez, ubicada en el número 159, vive sus últimos días. Ya no como nave, pues lleva 20 años inutilizada, pero sí como estructura pues labores de derribo están ya en marcha.
Los operarios de la empresa Coarvi se afanan ya en la retirada del amianto de la nave, primer paso antes de reducirla a escombros, para lo que la propietaria de la parcela, Residencial El Rocío S.L. recibió autorización municipal el pasado mes de febrero.

La nave, una única planta con una altura de 9,10 metros, que ocupa una superficie de 9.340 m2 en una parcela 34.930 m2, desaparecerá en cuestión de días, y aunque no es más que un esqueleto de granito feo y abandonado, con ella desaparecerá una imagen que todos los vigueses tienen en la retina.
El futuro
Para este terreno, el nuevo Plan General de Ordernación Muncipal tiene planes: contempla para los 37.216 m2 de superficie del ámbito –incrementa en casi 3.000 m2 lo fijado en el catastro– un uso terciario, lo que permitiría ubicar en esta enorme parcela hoteles, un centro comercial, lugares de reunión, oficinas, salas de juego, discotecas, cines o teatros, entre otros.
Las posibilidades que ofrece a sus propietarios de Residencial El Rocío S.L. son muy variadas, pero no se incluye en la ficha la posibilidad de que se destine a otro tipo de usos como el industrial, el dotacional ni tampoco el residencial, si bien se incluye en la ficha la reserva del 30% de vivienda protegida inherente a todos los ámbitos en el nuevo PXOM.

Para espacios libres de uso público la propiedad debe destinar al menos el 10 por ciento de la superficie bruta de la parcela, lo que supondrá un total de 3.716 metros cuadrados.
En cuanto a la edificabilidad, se limita el número de plantas a cuatro, pero se considera que se trata de una altura «de consideración genérica que se puede rebasar por criterios de integración o por elementos singulares debidamente justificados».
La ficha justifica la intervención en el ámbito para resolver una zona visiblemente deteriorada que, recuerda, se encuentra en pleno Camino Portugués de la Costa «que discurre adyacente por el norte en suelo urbano».

Asimismo, remarca que el esqueleto de la antigua GEA es visible «desde los itinerarios paisajísticos y miradores territoriales» y, por último, que la intervención, debe resolver los problemas de convivencia de distintas tipologías e usos, aportando medidas que favorezcan la transición entre los usos y las zonas residenciales, además de resolver de forma eficiente la conexión con el sistema general viario, garantizando la mejora de los accesos a la capilla de San Lorenzo.

























