Los vecinos del Casco Vello de Vigo son incapaces de evitar que se note la honda perplejidad que sienten tras comprobar cómo en las últimas horas un vallado gris y completamente opaco, de unos dos metros y medio de altura, ha ido creciendo sobre la acera y frente al balcón a la ría más preciado por los vigueses.
Las mejores vistas de la ciudad, de nuevo fuera del alcance de la ciudadanía, que aguantó estoicamente seis años sin poderse acodar en la barandilla del Paseo de Alfonso porque estuvo durante todo ese tiempo rodeado de vallas. Aquellas, al menos, eran de plástico, bajas, y permitían adivinar que a lo lejos estaba la ría. Las que desde anoche se están instalando convierten el Paseo de Alfonso en un calle cualquiera.
Bando municipal
No se esperaba que el concello diese este paso al menos hasta el 7 de enero, fecha en que, según el vigente bando municipal de Navidad, podrán reiniciarse las obras que habrían tenido que ser detenidas el pasado 10 de noviembre si dificultan la movilidad de los peatones, como es obvio que es el caso.
«Deben retirarse vallas, colectores, acopios, casetas, maquinaria, sacos de residuos y cualquier material de la vía pública», dice el bando municipal», que al parecer el propio Concello incumple.

¿Y hasta cuándo? Pues, de momento, se desconoce, pero si la previsión es que el paseo permanezca así hasta que finalicen las obras del Barrio do Cura, a los seis años que los vigueses estuvieron sin balcón, habría que añadir otros tres. El propio alcalde, Abel Caballero, dijo que en 2028 tiene que estar terminada la obra, pero ya hay compradores de vivienda en el Barrio do Cura que tienen muy claro que no se habrán mudado para esa fecha a su nuevo hogar.
Desde Vigo Histórico, colectivo vecinal que defiende el patrimonio del Casco Vello, se han interesado por esta cuestión. Han preguntado en el Concello. La respuesta, «como siempre», aseguran, ha sido «no saben, no contestan», algo habitual desde que comenzaron las obras del túnel en Porta do Sol.
¿Una pérdida irreparable?
«Hace dos días dijimos que nos sorprendía los adornos florales que estaban poniendo en el antiguo quiosco, que además impiden que la gente se siente en el banco, pero ahora lo entendemos todo. La valla va a tapar la futura ampliación de la terraza, que se va a cargar la actual barandilla, que es un BIC a conservar. Desaparecerá porque hay que abrir por donde está ese mirador», afirma María José Varela, de Vigo Histórico.
Según Varela, Vigo Histórico no ha conseguido que les informen qué va a pasar con la barandilla de hierro y las farolas procedentes de la fundición viguesa ‘La Industriosa’, que forman parte de uno de los principales conjuntos patrimoniales, culturales e históricos de la ciudad, pero en cuanto a lo que veremos los vigueses una vez desaparezca la valla, lo tienen claro.



«La gente se tiene que dar cuenta de lo que vamos a perder«, afirma Varela, según la cual un edificio m uy cerca de lo que hoy es el mirador eliminará las vistas: «La perspectiva es peor. El puerto y todo eso ya no se va a ver. Ya no se ve mucho ahora si vas por la zona de Pi y Margall, en Llorente ya no se ve, solo se ve el monte de enfrente, la ría desapareció; y en un futuro la lámina de agua que se va a ver va a ser y escasa. Es lo que llaman progreso en Vigo», lamenta.
Patrimonio
Expertos consultados por Vigoé creen, además, que esta valla permitirá ocultar la desaparición de importante patrimonio de la ciudad: en este caso, la barandilla, las farolas y los querubines, que llevan prácticamente un siglo en el mismo lugar.
«La capilla del antiguo asilo del Barrio do Cura fue limpiada a mano con cepillos de cerdas naturales para no dañarla. Se encintaron las juntas y para eso se fue a Cambados a por sacos de concha de vieira, porque las usaban originalmente para asentar los sillares. Y van después y las marcan con un spray de obra», ha exoplicado una de estas fuentes.

Esta misma persona lamenta, también, la negligencia con la que fue trasladado en su momento el cruceiro de Poboadores, en la caja de un camión sin ningún tipo de protección. O la forma en que desapareció la fuente de La Barroca.
¿Desaparecerán para siempre los querubines? ¿Qué se encontrarán los vigueses cuando se retiren las vallas? Los vecinos de la zona centro ya han experimentado cambios repentinos e indeseados, como bien saben en la calle Poboadores, donde primero fueron los árboles, luego el cruceiro del Campito, el lavadero y la fuente de A Barroca y más plazas de aparcamiento con un vallado de aluminio lo que desapareció. Ahora, los vecinos del Cascvo vello esperan que no vuelva a suceder algo parecido, pero saben que no las tienen todas consigo.
























