Cuatro plantas, catorce habitaciones, seis baños y una superficie construida de 983 metros cuadrados. Esos son los datos a grandes rasgos del chalé que la inmobiliaria 247 Real Estate vende en la ciudad de Vigo por 3,8 millones de euros.
Pero no solo se trata de un chalé independiente sin más, dado que constituye todo un símbolo de la ciudad y de la historia de Vigo situado entre las calles Couto, Manuel Olivié y Gondomar, además de la Praza de España.
Fue construido por el emblemático arquitecto Antonio Cominges en 1949 para Enrique Lorenzo, un importante empresario responsable del desarrollo industrial de la ciudad de Vigo. Fundador de Factorías Vulcano, también fue presidente de la Diputación de Pontevedra y del Real Aero Club.
Su ilustre trayectoria está vinculada además al Real Club Celta, del que fue su sede institucional durante años siendo «escenario de decisiones clave, encuentros memorables y momentos que forman parte de la historia reciente de Galicia».
Así, como recuerda la inmobiliaria en su página web, esta propiedad es mucho más que una edificación singular: es un verdadero símbolo que se ha puesto a la venta y que puede destinarse a residencia privada de lujo, sede corporativa o showroom de una marca premium, fundación, galería o centro cultural dada su exclusividad. «Sus estancias, amplias, luminosas y de gran flexibilidad, ofrecen un soporte perfecto tanto para un uso residencial como para proyectos corporativos o institucionales, siempre en un marco de cuidado diseño y fuerte presencia», indica la comercializadora.
Además de los 983 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas y un garaje cubierto para dos vehículos, la finca pose una superficie de 2.666 metros cuadrados, que rodean a la propiedad de zonas verdes, un estanque y árboles pese a encontrarse en pleno corazón de la ciudad.
«Su arquitectura, sobria y a la vez imponente, junto a sus espacios amplios y funcionales, se integra en un entorno natural privilegiado, dando lugar a una propiedad excepcional, pensada para quienes buscan dejar huella más allá del presente», señala la inmobiliaria, que destaca del chalé que «combina de manera única prestigio, versatilidad y carácter».
Fue diseñado por Antonio Cominges, un arquitecto vigués muy solicitado en esa época para la construcción de arquitectura residencial de tipo regionalista y su obra se caracteriza por la búsqueda de una arquitectura de carácter gallego mezclada con soluciones compositivas de otros regionalismos foráneos.
Las fachadas están realizadas completamente en cantería, y en la composición volumétrica de la vivienda destaca la torre cuadrada que evidencia la influencia del regionalismo cántabro. La parte superior se resuelve mediante vanos de arco de medio punto y un alero de madera muy pronunciado, muy característico de la arquitectura regionalista montañesa.
El vestíbulo se encuentra cubierto sobre pilares decorados y destacan las balaustradas pétreas, los escudos y los pináculos ornamentales colocados en las cubiertas.
Por último, cabe destacar que al ser una vivienda unifamiliar exenta en una parcela con jardín, esta aparece cerrada mediante elementos de inspiración barroca como la potente balaustrada granítica y los detalles decorativos de placas.