“La impresión 3D ha marcado un antes y un después en el área de la ingeniería del diseño y la fabricación. Esta nueva tecnología permite la producción de componentes muy diversos en un amplio abanico de sectores, incluyendo la industria de la automoción, construcción, aeronáutica, alimentaria, textil y también la biomédica”, ha comentado José Rojas Lozano, Investigador de la Universidade de Vigo durante su participación en la última jornada de Matcomp19.
En el caso particular de la ingeniería biomédica, la impresión 3D supone ya una verdadera revolución, permitiendo un gran avance de cara a personalizar los dispositivos biomédicos y abordar desarrollos que con otras técnicas no serían posibles. Entre las aplicaciones más conocidas destacan la fabricación de audífonos, férulas, vasos sanguíneos, andamios para ingeniería de tejidos, etc. El objetivo del presente trabajo de investigación se centra en el desarrollo de un nuevo hilo para impresión 3D compuesto por un polímero sintético y una biocerámica de origen marino. Abordan este desarrollo empleando como materiales de partida un biopolímero (ácido poliláctico PLA) y una biocerámica cristalina producida a partir de un subproducto de la pesca sostenible.
CTAG, a la cabeza de los composites
Otra de las ponencias destacadas de esta jornada ha corrido a cargo de Miguel de Dios, Doctor Investigador de CTAG, quien señaló que “la progresiva irrupción de los vehículos autónomos o semi-autónomos, así como la implantación de cada vez más modelos híbridos y eléctricos plantea dos retos fundamentales relacionados con la experiencia del usuario en el interior del habitáculo. Por un lado, el conductor cada vez asumirá menos funciones que requieran de su completa atención, dejando más margen a otras actividades de ocio y/o trabajo no relacionadas con la conducción en sí, actividades que deberán poder ser desarrolladas con comodidad en el interior del vehículo”. En este sentido, ganan importancia sistemas innovadores de confort que se adapten no sólo a la conducción, sino a un espacio que puede servir para el entretenimiento, como entorno laboral, o simplemente para el descanso de los ocupantes.
Por otro lado, la reducción del calor residual del motor eléctrico con respecto al de combustión, sumado a la reducción del ruido en el interior del habitáculo, hace necesaria la búsqueda de nuevas soluciones silenciosas de climatización no basadas en flujos de aire, y el rediseño de los sistemas acústicos con nuevas funcionalidades para adaptarse a este entorno, cada vez más parecido a un hogar que a un vehículo tradicional. En ese sentido, CTAG ha enfocado una de sus líneas de investigación en analizar la integración de transductores resonantes en un panel de puerta realizado en composite de fibra de carbono, con el fin de crear una superficie acústica que no requiere rejillas ni altavoces en la superficie de la puerta. De esta forma el sonido deja de estar focalizado en una zona concreta de la pieza, ya que es la propia superficie del panel la que pasa a ser la emisora de la onda sonora. Así, conseguimos sonorizar un gran número de piezas de interiores del habitáculo, permitiendo la creación de un entorno sonoro inmersivo, invisible y totalmente personalizable. Así mismo, el diseño geométrico de la pieza puede ser adaptado para optimizar la experiencia del usuario, estudiando la orientación de las distintas superficies que conforman el interior del habitáculo, y su influencia en la calidad de sonido percibida.
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha sido el encargado de clausurar Matcomp que ha congregado durante tres días a 350 profesionales de diferentes ámbitos para tratar el tema de los materiales compuestos. Le han acompañado, Jacinto Tortosa, Presidente de la Asociación Española de Materiales Compuestos AEMAC; David Regades, Delegado Zona Franca de Vigo; Manuel Reigosa, Rector de la Universidad de Vigo y Luis Moreno, Director General de CTAG.