Cien años después de que Enrique Lorenzo fundase un pequeño taller de reparación de calderas de vapor en la calle Policarpo Sanz (donde hoy está la Casa das Artes), el Astillero Vulcano pasa su última página y entra definitivamente en liquidación. Una reunción de la junta de accionistas de la empresa, celebrada este lunes, ha sido el paso definitivo para presentar la solicitar de liquidación ante el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Vigo.
Las deudas y la falta de encargos, consecuencias de la mala gestión de la compañía durante los últimos años y la crisis del sector, han llevado finalmente al cierre de un astillero que a lo largo del último siglo fue referencia en el mundo por la construcción de cargueros y pesqueros.
El último encargo de Vulcano, el ferri ‘Villa de Teror’ para Transmediterránea, fue entregado la semana pasada tras varios retrasos de la fecha. El barco estará destinado a Andalucía para cubrir una ruta entre Motril (Almería) y Nador (Marruecos).
Vías posibles de salvación
La dirección de la Feria Internacional de la Industria Naval, Navalia, emitió un comunicado este lunes en el que lamenta profundamente la liquidación de Vulcano.
“Al margen del devenir de los últimos años en el astillero, y sin entrar a valorar su gestión, entendemos que se trata de un punto estratégico dentro de la Ría de Vigo, que dispone de unas magníficas instalaciones para que la actividad tenga continuidad, teniendo en cuenta, además, que siempre ha tenido personal altamente cualificado, tan demandado en estos momentos de auge del sector naval”, afirma Javier Arnau, director de Navalia.
“Consideramos que tanto el sector privado como las administraciones publicas deben explorar ahora todas las vías posibles para que el vacío que deja Vulcano, que representa al Vigo más industrial y que ha dado al sector tantos hitos en la construcción naval, no se pierda y pueda reinventarse”, apunta Arnau.
HEMEROTECA: Vulcano, la gran obra de Enrique Lorenzo