Povisa desplegó una actividad científica que incluyó cinco charlas, cinco comunicaciones orales, nueve posters y cuatro presentaciones electrónicas educativas, además de impartir un total de cinco charlas y moderar cuatro mesas redondas.
Una de las ponencias que más interés despertó, y que mereció el ‘Magna Cum Laude’, fue un estudio sobre vascularización hepática, y en particular sobre la importancia de los vasos sinusoides del hígado, la estructuras a donde llega todo lo que ingerimos, incluyendo elementos tóxicos como el alcohol o algunos fármacos, y que pueden dañar las células que recubren esos vasos, permitiendo que las sustancias nocivas lleguen a las células del hígado y las destruyan.
Los sinusoides, de un tamaño microscópico, no pueden verse con las técnicas radiológicas actuales, pero el equipo de Povisa demostró ante el congreso cómo la aparición de determinadas patologías en el hígado está relacionada con esas diminutas estructuras vasculares.
Otra de las intervenciones que despertó interés fue la relativa a la radiografía de tórax, y en particular a la exploración de los posibles daños que pueden provocar dispositivos electrónicos como marcapasos o desfibriladores en las estructuras en las que están colocados, y que a veces explican la aparición de algunas patologías.
También sorprendió la ponencia sobre la técnica diagnóstica que utiliza el equipo de Radiología de Povisa para la detección de las espinas de pescado clavadas en las paredes del intestino. El hospital vigués acumula experiencia en este campo y utiliza todas las técnicas de reconstrucción que el escáner permite para demostrar que los síntomas de algunos pacientes están provocados por una espina que el paciente tragó sin darse cuenta y que se ha clavado, y perforado, la pared intestinal. Ese diagnóstico preciso permite a los cirujanos proceder a su extirpación antes de que aparezcan complicaciones importantes.