Según informa el hospital en un comunicado de prensa, las pérdidas acumuladas desde la entrada en vigor del último convenio ascienden a 5,5 millones de euros en 2015, 4,3 en 2016 y 5,4 en 2017, una tendencia que se está agravando a lo largo de este 2018.
“Hasta ahora Povisa ha podido hacer frente a esas cuantiosas pérdidas gracias al fondo de reserva con el que contaba la empresa debido a su actividad privada y al hecho de no haber distribuido dividendos entre sus accionistas desde hace 25 años”, indica dicho comunicado.
Povisa afirma que a finales de 2017 le comunicó al Sergas que este fondo se agotaría antes de que finalizase 2018 y le instó a buscar una solución urgente al desequilibro provocado por el concierto. No obstante, no se ha podido llegar a una solución y el hospital ha comenzado a retrasar pagos, entre ellos el de IRPF, y se ha visto abocada a solicitar el preconcurso.
Según sostiene el centro, estos desequilibrios responden exclusivamente a la interpretación del convenio suscrito con la Xunta tras la salida de la Consellería del equipo que negoció el texto. Es más, según mantiene la dirección, un informe independiente que han encargado concluye que “las pérdidas registradas por la sociedad durante el periodo de análisis (2014-2017) han sido motivadas exclusivamente por las pérdidas registradas en la actividad del sector púbico”, sin que pueda atribuirse la situación a un problema de eficiencia en las prácticas del hospital privado.
Así pues, Povisa ha reclamado al Sergas que aproveche los tres meses de plazo que se abren con la presentación del preconcurso para alcanzar un nuevo acuerdo que evite el concurso de acreedores.
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