La bronquiolitis es la infección de los bronquiolos. Es exclusiva del lactante y del menor de dos años. Afecta, fundamentalmente, a los menores de seis meses, según explicó la ponente de la última conferencia del año del ciclo Vithas Aula Salud. Para la pediatra Mar Portugués, esta dolencia puede ser producida por distintos virus. El más común de ellos es el llamado virus respiratorio sincitial, comúnmente conocido como el “virus de los bebés”.
Este virus es epidémico y surge durante los meses de invierno. La principal vía de contacto son los mocos y gotas de saliva, cuando se estornuda, a través de objetos que han tocado niños contagiados y por contacto directo de ojos, nariz o boca. Pueden contagiarse en casa a través de hermanos mayores, o en guarderías, o en aglomeraciones de personas con ambientes cerrados y poco ventilados.
La doctora explicó que los síntomas más frecuentes son aumento de mucosidad y tos, dificultad para respirar (respiración rápida, marcando las costillas o moviendo mucho el abdomen) y se escuchan silbidos y otros ruidos al auscultar al niño. Como consecuencia de ello, algunos niños tienen dificultad para alimentarse y pueden tener vómitos y atragantamiento. En ocasiones producen fiebre alta y pueden asociarse a infecciones bacterianas.
Por eso, los padres deben de acudir al pediatra si el niño respira muy rápido, come con dificultad de forma mantenida y está muy abatido o bien muy dormido; cuando tiene fiebre alta, si emite un quejido al respirar, o si presenta labios morados o azules; también si hace pausas respiratorias. Es muy importante para diagnosticar la bronquiolitis que sea la primera vez que le pasa, ya que si es un episodio repetido se puede hablar de sibilancias del lactante o asma infantil.
En los primeros meses de vida
La mayoría de los niños se contagian en sus primeros meses de vida, pero solo algunos llegan a desarrollar bronquiolitis. De éstos, la mayoría presentan un cuadro leve y autolimitado y, tan sólo algunos de ellos, requieren de su ingreso hospitalario.
Haber padecido una bronquiolitis por el virus respiratorio sincitial se asocia con un incremento del riesgo de volver a padecer pitos con los resfriados y de padecer asma precoz y sibilancias recurrentes. De hecho, la mitad de los niños hospitalizados por bronquiolitis acaba desarrollando asma infantil.
El asma infantil se diagnostica clínicamente en los primeros 5 años de vida, y aunque en la mayoría de los casos la enfermedad acaba remitiendo, un pequeño porcentaje será asmático en su vida adulta.
En este sentido, la pediatra de Vithas Vigo consideró “fundamental” que todo el entorno del niño, y éste si tiene capacidad madurativa, conozcan los síntomas el asma para iniciar el tratamiento en domicilio. Los fármacos que habitualmente se utilizan son salbutamol inhalado por cámara y a veces es necesario asociar antiinflamatorios.
Estos menores deben tener un seguimiento muy cercano por parte de pediatría, con consultas regulares, para saber cómo va el control del asma y para adiestrarles en el manejo de los fármacos y la cámara de inhalación.
Prevención de la bronquiolitis
Durante su intervención, seguida de un coloquio con los padres presentes, la doctora Portugués señaló que la bronquiolitis no es fácil de prevenir, ya que es un virus de alto contagio, pero que existen algunas medidas que pueden ayudar a evitar su propagación.
Así, recomendó el frecuente lavado de manos, especialmente antes y después de tocar al niño o alguno de los objetos que utiliza frecuentemente; evitar ambientes contagiosos y lugares concurridos; evitar la guardería durante los meses de invierno sobre todo los niños prematuros o muy pequeños (después de una bronquiolitis, no deberían reincorporarse a la guardería hasta pasado, al menos, siete días); restringir el contacto con personas enfermas; evitar totalmente la exposición al humo del tabaco; y mantener la lactancia materna, al menos, hasta los seis meses de vida.