Medicina Tradicional China, un camino milenario hacia la salud

Los fallos tecnológicos, que siempre existen en este mundo virtual, se encargaron la semana pasada de no introducir al final del artículo el resumen básico de la relación que existe para la Medicina Tradicional China entre elementos, emociones, órganos… Así que la misma tecnología me ha abierto la posibilidad de hablar un poco más de esta medicina, una disciplina que me fascina y de la que poseo unos conocimientos muy limitados, pero muy útiles para entender lo que me pasa y lo que le pasa a las personas que me rodean.

Los textos aseguran que la Medicina Tradicional China (MTC) data del año 1.400 a.C. y tres son los emperadores míticos que se consideran «padres fundadores», cada uno con su propia aportación, cada uno con su propia visión, que ha ido perfeccionándose y cambiando hasta la actualidad, hasta hacer de esta medicina un referente válido en cualquier lugar del mundo.

Al Emperador Yan Shenong se le considera el precursor de transmitir los más antiguos métodos de agricultura y el primero que hizo un tratado de fitoterapia de plantas curativas y venenosas que probaba en sí mismo. Este gran conocimiento suyo se emplea en la actualidad y ha traspasado el tiempo con un libro del que se le supone la autoría: el Bencao, Clásico de las raíces e hierbas del Divino Granjero.

Al medio hombre-medio serpiente Fuxi se le atribuye la transmisión del conocimiento de los Ocho Trigramas o Bagua, base del I Ching, El libro de las Mutaciones. Otro obra fundamental en las bases de la Medicina Tradicional China con su carácter de oráculo y de libro moral, cosmogónico y filosófico que millones de personas tienen hoy en sus hogares, buscando respuestas en él a su vida cotidiana.

Así, si Shenong abrió la senda para conocer las plantas curativas, Fuxi la abrió con el I Ching al concepto del Yin y el Yang, fundamental para estudiar y entender la salud del ser humano desde la visión de la MTC.

Y en tercer lugar, aunque no menos importante, estaría el Emperador Amarillo Huang Di, una de las figuras trascendentales de la mitología china con su carácter de conquistador y juez inmortal y al que se le atribuye el primer libro propiamente dicho de MTC, el Neijing.

Se dice que los tres hicieron posible desarrollar los parámetros en los que se apoya la MTC con las teorías del Yin y el Yang y los Cinco Elementos. Ya que las premisas de esta medicina se extraen directamente de la filosofía tradicional taoísta y de su idea de que toda forma de vida que existe está animada por una energía llamada «Qi» que impregna el Universo en su totalidad. De esta manera, todo lo que hacemos, sentimos, comemos, «respiramos» nos pone contacto con el «Qi» y esta energía vital podrá fluir o no en base a que la relación con nosotros mismos y lo que nos rodea sea armónica. Y a través de diferentes ramas como la acupuntura, la fitoterapia, la auriculoterapia… la MTC trata de restablecer este equilibrio del individuo en el flujo de su «Qi» para que recupere la salud.

Esta aproximación es muy simple, espero que entendible, para intentar explicar que en el concepto holístico del ser humano, la MTC ha hecho un desglose profundo y efectivo de las posibles dolencias y posibilidades de curación. Y dentro de la inmensa cantidad de conocimiento que se puede descubrir y estudiar en esta ciencia -que me despierta tanta admiración y respeto-, mi única pretensión hoy es fijarme en la relación con las emociones. En una identificación primaria de qué tipo de emoción domina a la persona cuando aparece cualquier señal en el cuerpo físico. Por eso el resumen que viene a continuación, sólo quiere brindados la posibilidad de haceros un auto examen rápido para entender más allá de las apariencias. Sin más. Una aportación muy rudimentaria, aunque confío que interesante y que, quizás, le despierte a alguno de los que estáis al otro lado la curiosidad de indagar más. Y, por qué no, la posibilidad de buscar tratamiento a través de algún buen profesional si tenéis la necesidad.

Gracias por estar ahí. Buena semana