Con la llegada de las altas temperaturas estivales, expertos de Irenea, el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo, integrado en el Instituto de Neurociencias Vithas, lanzan una importante advertencia. La deshidratación representa un riesgo significativo para los pacientes neurológicos, en particular para aquellos que padecen Daño Cerebral Adquirido (DCA). La falta de una hidratación adecuada puede provocar una serie de alteraciones cognitivas y físicas que impactan directamente en su proceso de recuperación, afectando la memoria, la atención, la coordinación y la resistencia física.
Riesgos agravados en pacientes neurológicos
La Dra. Belén Moliner, directora médica de Irenea, subraya la vulnerabilidad particular de estos pacientes. «En los pacientes neurológicos, y especialmente en aquellos con daño cerebral, la deshidratación no solo es más frecuente, sino que sus consecuencias pueden ser más severas», explica. Uno de los factores críticos es la alteración en la percepción de la sed, una dificultad común que impide a estos pacientes reconocer cuándo su cuerpo necesita líquidos, pudiendo llevar a una descompensación clínica.
A esta particularidad se suma otra complicación frecuente: la disfagia o dificultad para tragar. Esta condición hace que la ingesta de líquidos sea un desafío adicional, complicando aún más la correcta hidratación. «En estos casos es fundamental adaptar las texturas de los líquidos, realizar un seguimiento de su ingesta y extremar las medidas de prevención durante los meses de verano», añade la doctora Moliner, haciendo hincapié en la necesidad de estrategias personalizadas.
El clima atlántico y la detección temprana
Por su parte, Pablo Villarino, director del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Vigo, destaca un factor a menudo subestimado en la región: el calor y la humedad característicos del clima atlántico. Estos elementos pueden pasar desapercibidos como factores de riesgo de deshidratación. «A menudo, los signos de deshidratación como el cansancio extremo, la debilidad o la confusión se atribuyen a la propia patología neurológica, y no siempre se detecta a tiempo el verdadero problema», advierte Villarino.
Ante esta situación, el equipo de Vithas Vigo trabaja de manera proactiva con los pacientes y sus familias. El objetivo es anticiparse a las complicaciones, establecer rutinas de hidratación claras y prevenir un empeoramiento del estado neurológico o, en los casos más severos, la necesidad de un ingreso hospitalario. Los síntomas iniciales de deshidratación en personas con daño cerebral pueden incluir fatiga inusual, dificultades para concentrarse, irritabilidad, somnolencia y deterioro del equilibrio.
Recomendaciones para una hidratación segura
Desde Vithas Vigo, estos expertos en neurorrehabilitación ofrecen una serie de recomendaciones prácticas para asegurar una correcta hidratación durante los meses de calor:
- Aumentar la ingesta de líquidos, incluso si no se experimenta sed. La prevención es crucial.
- Evitar exposiciones prolongadas al sol, especialmente en las horas centrales del día.
- Optar por ropa ligera y transpirable.
- Mantener la vivienda bien ventilada para evitar la acumulación de calor.
- En casos de disfagia, es vital ofrecer líquidos adaptados, como geles espesados, y realizar un seguimiento riguroso del estado de hidratación del paciente.
La Dra. Moliner concluye destacando el enfoque integral de Irenea: «En Irenea siempre aplicamos un enfoque preventivo y personalizado, tanto en las sesiones clínicas como en la psicoeducación dirigida a las familias, porque sabemos que una hidratación inadecuada puede tener un impacto significativo en la evolución de nuestros pacientes». La vigilancia y la educación se presentan así como herramientas fundamentales para proteger la salud neurológica en los meses de mayor riesgo.