El hospital público Álvaro Cunqueiro contará en las próximas fechas con una huerta sanitaria biosaludable destinada a la promoción de la salud, la inclusión social y la educación ambiental, con el objetivo de fomentar la economía circular y el bienestar de pacientes, profesionales y comunidad.
Según informan desde el propio hospital, con esta nueva instalación «se pretende desarrollar programas orientados a la prevención y mejora de la salud» en pacientes seleccionados que realizarán actividades de horticultura terapéutica.
Además, se trata de fomentar el voluntariado profesional sanitario y establecer vías de comunicación y cooperación con el área de influencia del hospital. En especial, con centros de educación primaria del entorno y de formación agrícola básica para personas desempleadas sobre educación ambiental, gestión de residuos, compostaje e intervención paisajística.
Los productos obtenidos en la huerta serán destinados a organizaciones sociales y entidades solidarias que colaboran en la atención alimentaria a familias en situación de vulnerabilidad de Vigo y los mismos productos hortícolas o florales se podrán utilizar dentro del ámbito del propio hospital siempre con fines sin ánimo de lucro.
Mil metros para educación ambiental
La huerta está a punto de finalizar sus trabajos de adaptación, localizándose en un espacio de mil metros cuadrados dentro del jardín existente sobre la cubierta de la planta 0 del hospital.
Dispondrá de diversas áreas, entre las que destacan con 14 bancales para diferentes plantaciones hortícolas (de unos 10 metros cuadrados de superficie respectivamente) distribuidos de forma modular y funcional y adaptados a la diversidad de usuarios, incluyendo personas con ciertos problemas de movilidad.
Además, contará con un invernadero de 40 metros cuadrados de superficie y 3,5 metros de altura en su parte central, que permitirá la producción durante todo el año así como la realización de actividades al aire libre protegidas de las condiciones meteorológicas.
La instalación se completa con un secadero de semillas y de almacenamiento de mulch o materiales de acolchado, junto con composteros y una caseta de aperos para herramientas, sustratos y productos de mantenimiento.
En su perímetro habrá plantas aromáticas -fomentando las hierbas medicinales y flores- y contará con sistema de regadío y alumbrado. Asimismo, se dispondrán elementos sensoriales y decorativos que favorecerán la interacción emocional y cognitiva de los usuarios, especialmente en contextos de terapia ocupacional y salud mental.
Fomento de la participación activa
La superficie total estará organizada cuidadosamente para «facilitar tanto el mantenimiento como la participación activa de pacientes, personal hospitalario y colaboradores externos», con el objetivo de generar beneficios en salud física, emocional y social, «reduciendo el estrés y favoreciendo el vínculo con la naturaleza en un entorno clínico», apuntan en una nota de prensa.
En la actualidad, los trabajos de esta instalación están en estado muy avanzado y, en los próximos días, se instalará ya la estructura del invernadero. Esta experiencia parte del desarrollo de proyectos de «participación conjunta», que podrán implicar tanto a pacientes como a profesionales sanitarios, «siempre orientados a los objetivos de promoción de la salud, bienestar emocional y educación social y ambiental que inspiran la presente iniciativa».