La quinta edición de la Ruta Rías Baixas – Camino de Santiago Ría de Muros Noia está a punto de zarpar, consolidándose un año más como una de las propuestas más singulares y demandadas del verano gallego. Organizada por el Monte Real Club de Yates, esta peregrinación náutica, que fusiona turismo, espiritualidad y cultura marinera, ha vuelto a agotar todas sus plazas en cuestión de días, demostrando el creciente interés por esta fórmula alternativa de recorrer el Camino de Santiago.
Del 30 de junio al 5 de julio, 52 embarcaciones navegarán por las Rías Baixas, culminando a pie su camino hacia la Catedral de Santiago.
Recuperando las rutas medievales por mar
La Ruta Rías Baixas rememora las antiguas travesías medievales que realizaban los peregrinos del norte de Europa para llegar a Galicia por vía marítima. Esta iniciativa del Monte Real Club de Yates se ha consolidado en los últimos años como un referente de turismo náutico-cultural en la región. Su formato, cuidadosamente diseñado, limita la participación para garantizar la calidad de la experiencia, la convivencia entre los participantes y la seguridad en todo momento. Se trata de un itinerario que no solo pone en valor la incomparable belleza paisajística de Galicia, sino también su rica historia, su arraigada tradición marinera y su excepcional oferta culinaria.
Cinco etapas por las joyas de las Rías Baixas
La V Ruta Rías Baixas mantiene un itinerario que, tras cinco años, se ha convertido en un clásico entre los peregrinos del mar, combinando a la perfección naturaleza, patrimonio y gastronomía en cada escala.
La travesía zarpa desde Baiona, el epicentro náutico del Atlántico. Desde el Monte Real Club de Yates, los veleros se adentran en las aguas protegidas del Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas, poniendo rumbo a las majestuosas islas Cíes, auténtica joya natural de Galicia. Tras una breve escala en la acogedora Ría de Aldán, la primera jornada culmina en Combarro, uno de los pueblos marineros más pintorescos de las Rías Baixas, célebre por sus hórreos a pie de mar y su atmósfera atemporal. Aquí, los participantes sellan su primera credencial del peregrino náutico, dando inicio formal a esta singular ruta xacobea por mar.
Desde la ría de Pontevedra, la ruta continúa hacia la isla de Ons, un espacio natural protegido ideal para disfrutar de la naturaleza antes de enfilar la proa hacia Portonovo. Esta localidad costera, con profunda tradición pesquera y un espíritu festivo, recibe a los peregrinos con una celebración gastronómica centrada en el marisco y los productos locales, un homenaje a la riqueza culinaria gallega y un momento clave de confraternización.
La tercera jornada pone rumbo al norte, adentrándose en la Ría de Arousa, el mayor de los estuarios gallegos y uno de los más productivos del mundo en mariscos y pesca artesanal. La flota navegará entre mejilloneras y paisajes marinos de gran belleza hasta alcanzar A Pobra do Caramiñal, donde la jornada finalizará con una cena marinera al aire libre.
En la cuarta etapa, la flota bordea la costa hacia el oeste hasta el Faro de Corrubedo, emblemático vigía de la costa gallega. Desde allí, el recorrido sigue hacia la playa de San Francisco y, finalmente, hacia Muros, uno de los cascos históricos mejor conservados de Galicia. Este puerto de profunda tradición acoge a los peregrinos con un programa que fusiona historia, cultura y gastronomía.
El quinto y último día de navegación serpentea entre pequeñas islas y ensenadas como Meixidos, Bruios o Creba. La llegada a Portosín marca el fin de la travesía marítima, donde se celebra una última reunión de confraternización, compartiendo vivencias y consolidando los lazos entre los participantes. Tras cinco días en el mar, la ruta culmina por tierra, recorriendo a pie los últimos kilómetros hasta la Catedral de Santiago. La llegada al Obradoiro, cargada de emoción, sella una experiencia transformadora que une mar y tierra, tradición y descubrimiento, culminando con la entrega de la Compostela, certificando este singular recorrido náutico-terrestre hacia el sepulcro del Apóstol.
Cultura, gastronomía y seguridad en el mar
Cada parada de la Ruta Rías Baixas incluye propuestas culturales, visitas guiadas, eventos gastronómicos y actividades organizadas para enriquecer la experiencia tanto en tierra como en el mar. El carácter limitado de la flota garantiza una vivencia cuidada, con espacio para la convivencia entre tripulaciones y momentos de reflexión personal, equilibrando deporte, naturaleza y espiritualidad.
Este año, la seguridad en el mar cobra un protagonismo especial. El viernes 4 de julio, coincidiendo con la escala en Muros, se llevará a cabo un ejercicio de rescate con helicóptero de Salvamento Marítimo en colaboración con un velero participante, como parte de la campaña nacional de seguridad en la náutica de recreo del Ministerio de Transportes. A la llegada a Portosín, los participantes podrán disfrutar de una visita guiada al buque ES Regulus y asistir a una charla impartida por el jefe del Centro de Tráfico y Seguridad Marítima de Finisterre, centrada en la prevención de emergencias y el cumplimiento de la normativa vigente. Estas acciones se enmarcan en la campaña «Mitos que hacen aguas. Haz oídos sordos a los cantos de sirena y escucha la ley del mar», que busca combatir hábitos inseguros responsables de casi el 50% de las emergencias marítimas estivales, como el consumo de alcohol o la falta de mantenimiento.
Un evento que Proyecta Galicia al mundo
Desde su primera edición en 2021, la Ruta Rías Baixas se ha celebrado ininterrumpidamente, cosechando un gran éxito y una acogida creciente. La organización ha ido incorporando mejoras cada año, como propuestas sostenibles, credenciales de peregrino selladas en cada puerto y actividades sociales en cada escala. En 2025, la Ruta Rías Baixas reafirma su posición como una de las grandes citas del calendario náutico gallego, con una clara vocación de perdurar.
Desde el Monte Real Club de Yates, organizadores de esta travesía, se destaca la capacidad de esta iniciativa para proyectar la imagen de Galicia como destino náutico-cultural de referencia. La ruta atrae a un perfil de navegante que valora la autenticidad, el respeto por el entorno y el profundo legado espiritual del Camino de Santiago, ofreciendo una experiencia inmersiva y transformadora que une el patrimonio marítimo con la esencia de la peregrinación.