El regidor vigués, que aplaudió la convocatoria de una reunión multilateral para abordar el problema del abastecimiento de agua de Vigo con el Ministerio de Transición Ecológica, explicó este jueves que actualmente se estudian tres posibilidades.
La primera de ellas, la menos probable a pesar de ser la más barata, pasaría por elevar el muro de Eiras y así disponer de más capacidad de almacenamiento. No osbtante, los técnicos, en primeras opiniones, no se ponen de acuerdo sobre si aguantaría la presa y advierten de que sería una actuación compleja.
La segunda, la que defiende el Ayuntamiento de Vigo, se basa en la construcción de una nueva presa justo en la cola de la actual, ubicada en el municipio de Fornelos de Montes. Tendría una capacidad ligeramente inferior a la ya existente –de 22 hectómetros cúbicos- y se nutriría de la cuenca del Oitavén. “No tendría ningún daño ecológico y además no hay casas que expropiar porque en esa zona no vive nadie”, apuntó Caballero. De esta manera, se podría “aprovechar el caudal del río para tener la presa llena” y contar con un agua de una “calidad excepcional”.
Por último, el alcalde vigués no se cerró al trasvase desde el río Miño pero advirtió de que la calidad del agua sería peor porque se cruzarían “las salidas de todas las depuradoras” de los municipios por los que pasaría el abastecimiento. Además, habría que llevar a cabo un bombeo “importantísimo” y a la vez “carísimo”, según Caballero.
En cualquier caso, todas estas posibilidades tienen como denominador común el trasvase “de urgencia” desde el río Verdugo. “Todas estas opciones tardarán años”, avisó el alcalde, que insistió en que “nada nos garantiza que este otoño tengamos problemas”. “El año pasado estuvimos a un mes de quedarnos sin agua”, recordó.
Aunque todavía no hay fecha para la reunión, el regidor espera que sea pronto. Desde el Ministerio no se ha mostrado ninguna preferencia por alguna de las alternativas propuestas.