Un vecino de Vigo ha conseguido cancelar una deuda que ascendía a 383.428 euros tras lograr la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (EPI) a través de la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad.
Según explica el despacho de abogados que llevó el caso, Repara tu deuda Abogados, este vigués emprendió en la ciudad con dos negocios, uno de fotografía y otro de electrodomésticos, que finalmente tuvo que cerrar debido a los «cambios en los hábitos de compra de los usuarios», por lo que llegó a sumar la deuda de casi 400.000 euros que le ha sido cancelada.
Como detallan los abogados, su estado de insolvencia se originó por el emprendimiento en dos negocios fallidos. El primero, dedicado al sector de la fotografía.
«Solicitó préstamos para habilitar el establecimiento, dotarlo de maquinaria, realizar las reformas oportunas y conseguir las licencias necesarias para la apertura del centro. Los créditos fueron correlativos debido a que, con la apertura del negocio, empezó a facturar gracias al auge de la fotografía, las sesiones, la revelación de fotos familiares y profesionales, etc. Aprovechó y amplió el local rehabilitando espacio para realizar más sesiones con profesionales y así aumentar sus ingresos. Esto duró un año y medio y, posteriormente, su facturación descendió drásticamente debido a la llegada de una competencia severa por los smartphones. Los clientes disminuyeron y, por ende, los ingresos del concursado. Al final, tuvo que cerrar», informan de la situación de este hombre.
Tras ello, decidió emprender en otro negocio, esta vez dedicado al sector de la venta de electrodomésticos. «Pidió nueva financiación a entidades bancarias porque no disponía del capital suficiente», especifican desde el despacho. Y siguen: «Durante un tiempo, la tienda funcionó y facturó lo suficiente para cubrir gastos, pagar nóminas, seguridad social, alquiler, suministros, gastos familiares y las cuotas en las fechas establecidas. Más adelante, con el auge de las plataformas online a través de Amazon y servicios de logística, los hábitos de los clientes cambiaron y realizaban sus compras de forma online. El concursado se vio en la obligación de cerrar su negocio nuevamente», cuentan.
Con todo, el hombre no se quedó ahí ya que buscó empleo por cuenta ajena «y lo consiguió». Sin embargo, y dado que el salario era muy precario, «apenas le alcanzaba para cubrir sus gastos familiares y las necesidades más básicas y esenciales. La parte deudora suministraba alimentos a sus tres hijos y a su esposa, que se encontraba sin trabajo. Posteriormente, él también se quedó en situación de desempleo porque la tienda en la que trabajaba por cuenta ajena cerró. Cuando se jubiló, la cantidad no le llegaba ni para pagar los suministros ni para el alquiler”, especifican sobre la historia de este hombre.
Así, y como bien matizan, «el exonerado hizo todo lo posible por emprender, generar riqueza y devolver los importes pendientes de pago», valoran. No obstante, «situaciones sobrevenidas e imprevistas hicieron imposible» que se pusiera al corriente de todos los gastos.
Y es ahí, afirman, cuando entró el mecanismo de segunda oportunidad como salida legal beneficiosa «para todos los que han hecho lo posible por dejar atrás una situación negativa financiera».
De este modo y a través de esta legislación, comprobó «en muy poco tiempo» los beneficios de la exoneración de sus deudas: «no sufren más embargos de sus nóminas, salen de los listados de morosidad como ASNEF, dejan de recibir las llamadas de los bancos y entidades financieras y podrían registrar futuros bienes a su nombre».
Esta legislación permite tanto a particulares como a autónomos quedar liberados del pago de sus deudas. En líneas generales, el concursado tiene que encontrarse en un estado actual o inminente de insolvencia, no haber sido condenado por delitos socioeconómicos en los diez últimos años y ha de actuar de buena fe, con total transparencia durante el procedimiento.