"La escuadra portuguesa de Sartorius, que estaba fondeada en las Cíes, sufre los efectos de un furioso temporal y se ve obligada a refugiarse en Vigo. El comandante en jefe del Apostadero de nuestro puerto le ordenó retirarse inmediatamente, puesto que su presencia en el interior de la ría era comprometedora para la neutralidad española en el pleito político de la nación vecina. Hubo de interceder a su favor, dadas las averías de la escuadra refugiada y el grave riesgo de pérdida, el capitán de navío inglés William Fleming, comandante del navío San Vicente, surto también en la ría.
La razón que había traído a las naves lusitanas a nuestras aguas, era la guerra civil desencadenada en Porugal entre los absolutistas, partidarios del Infante don Miguel de Braganza, y los constitucionalistas, que lo eran de doña María da Gloria, hija de don Pedro, ex-emperador de Brasil. En agosto de 1832 llegó a Vigo la flota de don Miguel y poco después se apostó en las Cíes la de don Pedro. El Mariscal de Campo, comandante de la plaza de Vigo, don Francisco Moreda, obligó al almirante de la escuadra miguelina, Juan Félix Pereyra de Campos, a abandonar la ría, con lo cual el encuentro entre las dos fuerzas navales era inminente. La batalla tuvo lugar, en efecto, durante la noche del 11 de octubre de 1832. «Multitud de vecinos de Vigo habían acudido a Bayona para presenciar el combate naval entre las dos escuadras portuguesas; y aunque estaban a mucha distancia de tierra, veían de noche el resplandor del combate, que se había empeñado entre unos y otros buques». Lo principal de esta acción tuvo lugar frente a Cabo Silleiro y en ella la escuadra al mando de Sartorius salió malparada, teniendo que refugiarse en Vigo. «Al arribar al puerto de Vigo la escuadra de don Pedro, contemplaron los habitantes que coronaban las murallas de la ciudad que el velamen y jarcia de las fragatas estaban muy maltratados y traídan grandes averías en los cascos, que les obligaron a doblar la punta de la Guía para varar en la playa de Ríos, donde poder repararlos. Sus pérdidas fueron también muy grandes. A causa de estos sucesos envió el Gobierno una división naval a la ría de Vigo, para hacer respetar la neutralidad a los partidarios de don Pedro y de don Miguel». (J. de Santiago, op. cit. pp. 553-54).
Tras reparar las averías de su flota, el vicealmirante Sartorius tornó a su refugio de las Cíes, sin atreverse a intentar la salida, allí fué donde le sorprendió el temporal del día 12 de febrero. Ya hemos dicho en otra ocasión como esta desventurada escuadra trajo el cólera a nuestra ciudad".
(La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo. Xosé María Álvarez Blázquez)
12 de febrero de 1833