Queda mucha Liga por delante, pero las oportunidades del Mosteiro para alzarse con el título y ascender a Segunda se van esfumando poco a poco. Los 11 puntos que lo separan del líder y la plaga de lesiones que está golpeando al equipo forman un muro difícil de derribar. A pesar de ello, los vigueses continúan quintos en la tabla y con todas las papeletas para disputar la Copa del Rey la próxima temporada, otro de los máximos objetivos de los vigueses.
Ante el Guardo se repitió lo que viene pasando las últimas jornadas. Los de Pitu saltaron al terreno de juego con la necesidad de reservar energías hasta el final del partido, a causa de los pocos cambios de los que disponen. Aún así, el Mosteiro dominó el primer tiempo, desplegando un buen juego y gozando de varias ocasiones. Una de ellas sirvió para anotar el único tanto del parcial, que vino de las botas de Mario tras una bonita triangulación con Borrajo y Eloy.
La segunda mitad arrancó con el empate del Guardo, que en seguida se echó arriba y supo aprovechar el bajón físico de los locales; tanto es así que incluso llegó a remontar el encuentro, poniendo el 1-2 en el marcador. Pero a falta de cinco minutos, cuando ya parecía que los de Pitu habían tirado la toalla, sacaron las últimas fuerzas que les quedaban y Jacobo con su gol logró un valioso 2-2.
Este empate permite a los vigueses enfrentarse con los mismos puntos a su próximo rival, el siempre complicado Universidad de Valladolid, que les aventaja un puesto en la clasificación.