Dieciséis años y cinco Juegos han tenido que transcurrir para que Rodríguez se quedase fuera de un cajón donde obtuvo el oro en Sydney 2000 y Atenas 2004, el bronce en Pekín 2008 y la plata en Londres 2012.
Chano, que horas antes había acabado segundo su serie clasificatoria (34.96) por detrás de Perkins (34.22) y con el cuarto mejor tiempo de las dos mangas, sabía que necesitaba dar el máximo para regresar al podio. Días atrás, en la prueba de 200 se había encontrado bien ensayando en el primer largo con vistas precisamente a la prueba que más le gusta.
Vistos los tiempos, y con Dias (28 años) inalcanzable para los demás, había muchos candidatos para plata y bronce. Desde la calle 6, el vigués lo intentó. De hecho, rebajó su registro respecto a la clasificatoria en 34 centésimas (de 34.96 a 34.62), pero al nadador estadounidense, que firmó un crono peor que en las series (de 34.22 a 34.42), le bastó para morder el tercer metal. En la final, Dias y Rodríguez nadaron más rápido que en las semifinales, mientras que Vo (de 33.87 a 33.94) y Perkins bajaron el pistón. No obstante, aún le faltaron dos décimas.
Rodríguez (59 años) hizo lo que tenía que hacer. En Londres, plata, pasó de 33.80 en la clasificatoria a 33.44 en la final (-36 centésimas). Esta vez también mejoró su registro, pero el norteamericano aguantó y en estos Juegos ha explotado definitivamente el vietnamita Thanh Tung Vo (31 años), séptimo en Londres 2012 (36.05) y que en mayo estuvo en los Europeos de Funchal para hacer primero.
“Creo que he nadado muy bien, me he sentido muy fuerte, pero se ve que Perkins lo estaba un pelín más. Tanto el seleccionador como el entrenador están muy contentos. Nos queda el 100. Siento mucho no poder dedicarle a Vigo como siempre una medalla en estos Juegos pero, dada la evolución del deporte, creo que un cuarto puesto tampoco está mal”, explicó Chano tras la final.
Al nadador, obviamente, le hubiera gustado ocupar un cajón del podio. “Evidentemente todos los deportistas queremos más, más y más, no estar nunca contento es la gracia de este deporte”, aunque el internacional del C.N. Galaico de Pontevedra aseguró estar satisfecho porque “he sentido una gran energía de toda España, desde Galicia y desde Cádiz en particular con mis amigos los “Merendiñas”. Tengo como quinientos whatsapp y no podré leerlos todos, claro”.
Quedarse sin morder metal no lo desanima. “Esto no me quita energía, todo lo contrario: me da más si cabe para el 100. Esa prueba está más difícil evidentemente, si había alguna opción de medalla estaba en el 50 pero, como se suele decir, hasta el rabo todo es toro y hay que pelear hasta el final”. Y avisa de que “estos días que me quedan seguiré entrenando y peleando duro”.
La final paralímpica también demostró que Chano sigue siendo la principal referencia del Viejo Continente. De los ocho finalistas solo había tres europeos (el vigués, el británico Andrew Mullen, quinto con 34.87, y el italiano Giovanni Sciaccaluga) porque el francés Theo Curin, el irlandés James Scully, el griego Antonios Tsapatakis y el danés Jonas Larsen se quedaron fuera de la tanda decisiva.
En Funchal, en mayo pasado, Chano fue segundo -y campeón europeo- por detrás del vietnamita, que se estaba preparando para Río y cuya marca no computaba para el título continental de la distancia (32.62). Chano lo logró en Atenas 2004. Y, por lo que parece, no peligra.
En 2017, Ciudad de México albergará los Mundiales de natación, que se celebran cada dos años.