Samil, ese arenal icónico donde el Atlántico besa la costa gallega, se prepara para vibrar con llegada de 2.000 corredores en la XI edición de Desafío Boot Camp, la carrera de obstáculos OCR que ha consolidado a Vigo como epicentro del turismo deportivo en el noroeste peninsular. El domingo 5 de octubre, siete kilómetros de recorrido entre arena, monte y asfalto pondrán a prueba la resistencia de los participantes con hasta 35 obstáculos diseñados para sortear límites físicos y mentales. Con inscripciones abiertas hasta el miércoles 1 de octubre en la web de la carrera, las últimas plazas se evaporan, augurando un sold out que, un año más, inyectará vitalidad económica a la ciudad olívica.
Organizada por Diesemm, esta prueba no es solo un desafío atlético: es un motor que atrae a más del 50% de corredores de fuera de la provincia, generando 600 pernoctaciones y un impacto directo en la hostelería local. «Nos enorgullece encarar esta undécima edición más posicionados que nunca en el panorama nacional, reivindicando el turismo deportivo como agente tractor para Galicia», afirma David Suárez, CEO de Diesemm y alma de la organización. Con más de 50 proveedores metropolitanos y 200 personas implicadas (desde personal directo hasta voluntarios), la carrera teje una red que fortalece el tejido productivo vigués.
Obstáculos en la arena: el sello diferencial de Samil
Lo que distingue a Desafío Boot Camp de otras pruebas OCR españolas es su enclave playero, un terreno traicionero que multiplica la exigencia. «Todos los participantes inciden en que el mayor obstáculo es el que nosotros no contamos: la arena. En España, que sepamos, solo hay otra carrera similar en una playa, en Asturias, lo que nos hace diferenciales», explica Suárez. El recorrido, que arranca a las 10:00 horas y se extiende hasta las 14:00 en tandas cada 15 minutos, combina muros de escalada, redes de carga, fosos de barro y travesías acuáticas en un trazado que fusiona costa y interior, evocando el espíritu boot camp de entrenamiento militar adaptado al ocio extremo.
Desde su primera edición en 2015, la prueba ha evolucionado hasta convertirse en un referente nacional, puntuando para circuitos como el Campeonato del Mundo OCR World, el de España AOCO y la Liga OCRA Galicia. Las tandas Élite, reservadas para semiprofesionales, elevan el nivel competitivo, mientras que el 80% de los inscritos (amigos, compañeros de gimnasio y aficionados populares) acuden por la diversión y el compañerismo. «Vienen a pasárselo en grande, pero también a competir con orgullo», añade Suárez.
Para todos los públicos: de peques a élites
Desafío Boot Camp no es un evento exclusivo para atletas curtidos; su esencia inclusiva lo abre a todos los públicos, con un recorrido infantil que cada año conquista a los más pequeños. «Diseñamos un trazado de 15 obstáculos para niños de 4 a 12 años, dividido en dos categorías, y siempre es un éxito rotundo», detalla el organizador. Esta vertiente familiar refuerza el atractivo de la prueba, convirtiéndola en un plan intergeneracional que llena Samil de familias y grupos, desde pandillas juveniles hasta equipos corporativos.
El impacto social se extiende más allá del deporte: la carrera impulsa iniciativas como el Proyecto CoRRRes, nacido en 2018 tras los incendios gallegos de 2017, que promueve la reforestación y el reciclaje en los montes vigueses. Con patrocinadores como el Concello de Vigo, Vigo Convention Bureau, Deputación de Pontevedra, Turismo Rías Baixas, Brilat, Grupo CdeC, Amura, Rodosa, El Corte Inglés, Coca-Cola Europacific Partners, Biosporty, Towanda, Casaplanta, y colaboraciones de VODEA y AVA, la edición XI consolida su rol como catalizador de sostenibilidad y cohesión territorial.
Un domingo de retos que impulsa Vigo
A las puertas del colapso de inscripciones, Desafío Boot Camp invita a unirse a esta fiesta atlética que transforma la playa en un laberinto de superación. En un otoño que despide el calor con brisas atlánticas, los 2.000 corredores no solo medirán su temple contra obstáculos y arena: contribuirán a una Vigo que se posiciona como destino de eventos dinámicos y accesibles. Suárez lo resume con claridad: «Esta carrera no solo mueve cuerpos; mueve economías y comunidades». El 5 de octubre, Samil será testigo de que, en Galicia, el desafío no es solo correr: es conectar.