Balaídos era una fiesta para celebrar el regreso del Celta a Europa diez años después. Pero el partido, a pesar de que la clasificación era ya matemática, era sumamente importante. Los de Berizzo necesitaban los tres puntos para adelantarse en la pelea por el quinto puesto. El Granada, por su parte, se jugaba la vida.
El Celta salió con la intención de tener el peso del partido, de dejarse llevar por su euforia y desarmar a un rival necesitado y nervioso. La primera ocasión fue para los celestes. Iago Aspas se plantó ante Andrés, pero un defensa le arrebató el balón. Este, sin embargo, le llegó a Guidetti. El sueco, en vez de picar el esférico, envió un disparo raso que fue repelido por el portero del Granada con el pie.
La réplica del Granada solo tardó en llegar unos segundos. Cuenca se internó en el área, llegó hasta línea de fondo y disparó a puerta. Rubén no supo defender su palo y el balón se coló entre él y la portería. Afortunadamente, la trayectoria del lanzamiento provocó que este se fuese fuera.
Tras unos minutos intrascendentes, en los que el Celta tuvo el balón sin concretar su dominio, llegó el 1-0. Guidetti recogió un balón suelto en el área. Biraghi llegó para despejar, pero en vez de golpear el balón golpeó la rodilla del sueco. Penalti muy poco inteligente, pero clarísimo. Iago Aspas fue el encargado de transformar la pena máxima.
Después de este tanto, el Granada parecía no ofrecer respuesta, pero el Celta también se relajó. El partido se enfangó, perdió claridad. Ninguno de los dos equipos lograba imponer su juego. Los celestes estaban desaprovechando de matar a un rival bajo de autoestima y a punto estuvieron de pagarlo caro en esta primera mitad. Lombán tuvo una inmejorable ocasión para empatar en una jugada a balón parado. Su testarazo se estrelló en el larguero.
Este aviso sirvió para que el Celta reaccionara ligeramente y se volviese a acercar al área contraria. Tucu Hernández, a un minuto para el descanso, tuvo la oportunidad más clara. El centrocampista, sin embargo, cabeceó muy alto un buen centro de Iago Aspas.
La segunda parte comenzó sin que el panorama se aclarase del todo para el Celta, que seguía teniendo la posesión, pero no el control. Y es que era el Granada el que se acercaba con más peligro a la portería contraria. En el 54, Rubén se tuvo que emplear a fondo para repeler un disparo de Peñaranda, que se había plantado ante él tras una magnífica jugada individual que incluyó un espectacular recorte a Cabral. Diez minutos después, fue Fran Rico, que había saltado al campo solo unos instantes antes, el que asustó con un disparo con efecto que se marchó lamiendo el palo.
Berizzo intentó poner orden reforzando el centro del campo. Wass entró en el terreno de juego sustituyendo a Guidetti. Pero el cambio no sirvió para apaciguar al Granada, que empató solo un minuto después. Peñaranda recibió en banda derecha y logró marcharse de Sergi Gómez con una maniobra en la que los celestes reclamaron falta. El venezolano disparó y Rubén despejó hacia la frontal. Allí estaba Fran Rico, que empalmó un derechazo que fue rozado por El Arabi despistando a Rubén.
El Celta había jugado con fuego en estos minutos y necesitaba un nuevo arreón para llevarse los tres puntos. Wass, solo un minuto después del empate, probó a Andrés. Y el 2-1 no se hizo esperar. Los protagonistas de la jugada fueron los miembros del tridente letal celeste. Orellana le pasó el esférico a Nolito y este, de primeras, le envió un pase a Aspas que lo dejó solo ante Andrés. El moañés batió al portero con una sutil vaselina marca de la casa.
El Celta debía jugar con la necesidad del Granada en estos últimos minutos y defender con uñas y dientes su ventaja. Lo logró y consiguió una importante victoria que le permite soñar todavía más. Quedan tres jornadas, el Villarreal está a cuatro puntos y todo es posible.
Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Planas (Jonny, min. 82); Marcelo Díaz (Radoja, min. 86), Tucu Hernández; Iago Aspas, Orellana, Nolito; Guidetti (Wass, min. 67).
Granada: Andrés Fernández; Miguel Lopes, Lombán, Babin, Biraghi; Rochina (Rober, min. 75), Doucoure, Khrin (Fran Rico, min. 62), Cuenca; Peñaranda y El Arabi (Barral, min. 82).
Goles: 1-0, min. 15: Iago Aspas, de penalti; 1-1, min. 68: El Arabi; 2-1, min. 74: Iago Aspas.
Árbitro: Gil Manzano (colegio extremeño). Mostró tarjeta amarilla a los locales Planas y Iago Aspas; y a los visitantes Rober y Miguel Lopes.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 35ª jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio de Balaídos ante 18.240 espectadores.